Revista Sociedad

Seres mediocres

Publicado el 30 marzo 2015 por Miyu Clementine @amy_blue

La mayoría de personas somos mediocres. Yo misma soy de lo más mediocre. No destaco en nada especial, no voy a manifestaciones aunque esté de acuerdo con lo que dicen, no doy hogares a gatitos, no pertenezco a ninguna ONG. Odio que me paren por la calle en busca de mi firma para causas benéficas. Me como las uñas hasta quedarme casi sin ellas. Me arranco las pieles y me sangran los dedos. Tengo cuerpo de niña aunque no tenga quince años, mi pelo era castaño pero ya nadie lo recuerda, pero está bien, porque ahora es azul. Odio mi voz terriblemente porque sigue sonándome a voz de niña (pero no es bonita, es bastante horrible). No soy especialmente elegante, ni correcta, no tengo una gran educación, no me gusta fingir que algo me parece bien cuando me está pareciendo una mierda, no me gusta rellenar vacíos con una conversación que no me interesa. Nunca he sacado buenas notas especialmente, no me gusta estudiar (aunque parezca que sí), y me aburro con facilidad de la mayoría de cosas y de la mayoría de personas. Mi dieta no es nada sana, odio hacer ejercicio y mientras pueda no pienso hacer (y doy gracias cada día a poder comer guarradas y que me vaya BIEN). Siempre he querido dibujar bien, pero no lo hago. No sé cocinar, me río de cosas que no debería de reírme y tengo un sentido del humor complejo que solamente entiendo yo. Y otra persona. Soy un poco neurótica, pero al mismo tiempo despreocupada. Una traición me duele de forma profunda e interior, y nunca sé con quién realmente hablar o confiarle mis problemas, y cuando encuentro a alguien con quien puedo hablar, a veces me paso contándole demasiadas cosas. El mundo suele caérseme encima más a menudo de lo que me gustaría. Salgo fatal en las fotos, no soy ni alta ni baja, soy pesimista y muy sincera. Pero al menos, he dejado de odiar a personas. Supongo que se empiezan así los cambios, en cierto modo, por cosas pequeñas (o no tan pequeñas). Somos tan mediocres que no nos solemos soportar a nosotros mismos, pero claro, quién se soporta a sí mismo?


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