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Serge y yo en Montpellier

Publicado el 08 mayo 2021 por Luz1983

 Había recorrido muchos kilómetros desde que lo vi en aquel almuerzo en Montpellier con Albert y sus amigos de la universidad. 

Con él fui descubriendo lo que en un principio me pareció una carga horrible de siglos que tenía Monpellier 1 y me imaginé a Nostradamus y sus futuros deambulando por pasillos con fachada palaciega.

Serge y yo en Montpellier

Serge vivía en un estudio en la  Résidence Campus des Métiers al que no entré... 

Un hombre hermoso, sí, tenía 23 años y no sabría definirlo mejor. Una pocas manchas en la cara con una mirada luminosa pero con un halo diferente que no parecía un rasgo de anatomía. 

Solía mencionar al doctor Bertrand Cauchoix, un médico muy especial según él. No pertenecía a la uni y aunque no le di importancia, me llamaba la atención. 

Sensible y cercano, siempre atento y amoroso sin intimar. Empecé a desearlo; la atracción era fuerte y por momentos irresistible. Pero él mantenía un espacio amplio entre ambos. El mismo que defendía con los demás. 

Como yo no residía en Montpellier, mis viajes eran cada vez más seguidos y al regresar, estaba allí esperando en la estación con sonrisa amplia y voz cálida. Un beso delicado y sin refugio íntimo. 

Serge y yo en Montpellier

Tía Rose siempre me recibía entusiasta al abrir la puerta junto a Florie. 

Serge y yo en Montpellier

Esa vez estaba distinta. Me miraba con ternura y trataba de ponerse protectora. Serge presentaba demasiadas incógnitas no solo para mí. Tía Rose apoyada en las confidencias que le hacía, empezó a sentir curiosidad. Lo conoció en una escapada hacía un año y le encantaba a pesar de su reserva. 

Esa noche, sentadas en la sala siempre reconfortante y cálida y después de un silencio que presedía a  una confidencia seria, se decidió a contarme sus pesquisas. 

Serge es un "protegido" de Bertrand Cauchoix... 

-¿Qué significa "protegido" y que tiene que ver Bertrand Cauchoix? 

-Que Serge tiene el bacilo de Hansen.

... 

-No, imposible tía, no, no puede ser en Francia, en 2019. ¿Cómo va a ser..? 

-No fue en Francia sino en una colonia de Madagascar donde hay casos agudos aún. Y no se permite salir a los que están curados, no sólo por la impresión que causa la enfermedad sino para mantener el lugar. Todavía quedan algunos centros en Europa ocultos donde se han quedado viviendo por las secuelas, el repudio y el abandono. 

-Pero él está sano, tía, solo unas manchas. 

-Ya, pero te imaginas que alguien se enterara de lo que es con tanta ignorancia. Lo más probable es que Serge siga traumatizado aunque su médico amigo lo haya enviado a estudiar y continuar con una vida mejor. 

Serge y yo en Montpellier

No sabía cómo decirle a Serge y sobre todo que no me importaba, que quería estar con él. Que debía confiar a pesar de la sociedad tan absurda. 

Y llegó la oportunidad, tenía miedo que se alejara más. Se lo expliqué llorando y él, que se mantenía rígido, comenzó a derrumbarse. Muchos años callados. Con un candado en su vida, en sus sueños. 

Se dejó abrazar y como nunca sentí su calor, su fuerza. El anhelo total. 

Vivimos unos meses caminando por las viejas calles y amándonos en su pequeño estudio. Festejamos el fin de año con tía Rose y la promesa de seguir unidos.

Serge y yo en Montpellier

Debía regresar y  hablar con mis padres del futuro cercano en Montpellier. 
Serge y yo en Montpellier

Ha pasado más de un año. Ambos nos  quedamos atrapados con mascarillas y fronteras cerradas. Con el deseo de permanecer y empezar nuestra vida juntos. 
Qué impotencia de no poder estar en sus brazos, sin cámaras, sin palabras. Respirando unidos. Pero queda poco. 
Serge y yo en Montpellier

Serge y yo en Montpellier


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