Revista Opinión

Sergio Zawinul y Malditos Bastardos, los falsos izquierdistas: "joder, pero qué rojos somos, eh".

Publicado el 25 octubre 2010 por Romanas
¿Cómo puede un tipo como yo llamar fascistas a gente como Sergio Zawinul y Malditos Bastardos que  han escrito en el chat de Saco 2 valientes comentarios en los que glosan la actitud de la prensa española con Sarkozy en contraste con la que mantiene frente a Hugo Chávez, el SZ, y nada más y nada menos que pidiendo el premio Nobel de la Paz no para Liu Xiaobo sino para EL PARTIDO COMUNISTA CHINO, el tal MB? ¿Puede siquiera concebirse una actitud más progresista en el mundo que la de estos eximios autores, los más rojos oficialmente de aquel chat de Saco, que harían palidecer de envidia al propio Che Guevara y a Lenin?Yo sostengo una teoría tan vieja que está ya a punto de deshacerse en hilachas: no es en los grandes asuntos, en los que toda la atención mundial fija las lentes de sus microscopios, en los que hay que fijarse para juzgar a los hombres sino en esos pequeños, en apariencia, momentos en los que parece que no se está jugando una partida ciertamente interesante, los asuntos que suelen llamarse menores y en los que sólo se plantean pequeños problemas personales, en los que a estos arriesgadísimos comentaristas se les ve realmente el plumero.Por cierto, que yo venía sosteniendo allí, en el chat de Saco, a rajatabla, y no sólo con la ferocísima oposición de la élite de sus comentaristas sino con la irrisión y el escarnio de éstos que  baten palmas entusiasmados, esas posiciones respecto a Chávez y China que ahora defienden con tan inusitado ardor estos conversos que, no sé por qué, me recuerdan a mí a ésos otros de signo extremadamente contrario como son los insignes Pío Moa y el Jimenoso Losantos, tan conversos, digo, hacia la derecha, como éstos 2, que yo considero típicos fascistas, hacia la izquierda. Voy a tratar de demostrarlo.A)SERGIO ZAWINUL:Allá por aquellas kalendas casi griegas, en las que yo aparecí por aquel inmundo chat, un tipo que luego resultó presuntamente un cuasi delincuente, desató una furibunda, realmente irresistible para cualquier otro que no fuera ya tan viejo como yo, campaña difamatoria en la que llegó a llamarme cosas tales como “vieja prostituta loca”, “travestí octogenario”, “farsante” y algunas otras lindezas que ahora afortunadamente no recuerdo, todo ello porque, como luego no tuvo más remedio que confesar, yo había acompañado a la comisión judicial,  que fue a hacerle un embargo porque el tío, que disfrutaba de un gran coche y de un espléndido chalet, se negaba a pagar sus respectivos precios; ni que decir tiene que todos estos  rojos rojísimos sáquicos, que parece ciertamente que han inventado la rojez, se pusieron de parte de aquel individuo, especialmente el tal Sergio Zawinul, al que, cuando yo le reproché su actitud, me contestó casi literalmente: “Sí, es rigurosamente cierto que mi amigo no ha demostrado, ni lo ha intentado siquiera, ninguna de sus terribles acusaciones contra ti, pero ¿qué quieres?, es mi amigo y yo, mientras tú no demuestres lo contrario, tengo que creer lo que él diga”.Aunque ustedes no lo crean, es verdad, este rojo rojísimo Sergio Zawinul, que hoy ha escrito ese maravilloso texto defendiendo a Chávez, acusando a Sarkozy y, a la vez, a la prensa tan canallesca que  disfrutamos, menos a Público, claro, en donde él escribe con las mejores defensas del mundo que impiden a toda costa que allí se le contradiga, es el mismo tío que no sólo se cargó de un plumazo uno  de los primeros y más importantes principios para el mantenimiento de  las libertades que se conocen, la presunción de inocencia, que prohíbe que nadie sea condenado sin un proceso con todas las garantías en orden a demostrar las acusaciones de cualquier clase que puedan hacérsele, sino que parece que se inventó el principio contrario: es el acusado de un crimen el que tiene que demostrar que él no lo ha cometido, creo que a este principio deberíamos llamarlo “presunción de culpabilidad”. Así de demócrata e izquierdista, de rojo rojísimo con toda la rojez del mundo, es el tal Zawinul.Sí, es el mismo tío, y no puede negarlo porque están ahí en los archivos del chat de su capo, sus tan asombrosas como denigrantes manifestaciones, en las que, al no actuar en el escenario y ante el público, como ha hecho ahora, el tío sí que decía realmente lo que pensaba y lo que yo vengo denunciando desde hace tanto tiempo: allí, en aquel chat, los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos sólo se defiende ante las candilejas, cuando el público, como ahora, está expectante ante los grandes acontecimientos y los que se autotitulan falsamente de izquierdas sólo pueden escribir lo que escriben que es todo lo contrario, como acabamos de ver de lo que realmente piensan, por eso yo afirmo, con toda la contundencia del mundo, que son unos auténticos fascistas porque aborrecen a muerte todas las libertades, en su fuero interno, mientras las defienden externamente, frente a la galería.B) Malditos Bastardos:Vayamos ahora a por el otro gran líder de la superizquierda, el nunca bien ponderado Malditos Bastardos, o sea, MB, que ayer mismo, rompía una lanza escribiendo en el chat de Saco un comentario en el que criticaba acerbamente a ese tipejo pepero que es Alcalde de Valladolid, del que decía que era un impresentable absoluto al que había que expulsar no sólo del mundo de la política sino del mundo a secas,  porque se había atrevido a insinuar lo que él pensaba cuando veía los labios de Leire Pajín.A lo peor ustedes tampoco se lo creen, pero este tal MB no hace mucho decía de una de sus compañeras de chat que ella sólo era una gata Flora, absolutamente mal follada, y que de ahí le  venía todo su mal genio pero que él, que es muy buena persona, estaba dispuesto a remediar la cosa, ofreciéndose a practicar con ella el sexo virtual. ¿Qué les parece?Si SZ quebrantaba el sacrosanto principio de la presunción de inocencia e instauraba uno nuevo, el de la presunción de culpabilidad, este otro paladín de la suprema rojez violentaba otro principio aún más sagrado todavía, el derecho inviolable de todo el mundo a su intimidad personal, al respeto de su honor y al de su propia imagen, consagrados todos ellos en las declaraciones universales de los derechos del hombre y del ciudadano e incluso en las leyes civiles y en el Código penal.¿Cómo pueden entonces, 2 tíos como éstos, dar lecciones a nadie de nada absolutamente, si, cuando no los enfocan las luces de la publicidad, se manifiestan como lo que realmente son, 2 fascistas absolutamente repugnantes?Y es que, si estos 2 tipos no fueran así, no podrían estar participando todos los días en aquel infame chat, en el que todos, unos por absoluta ignorancia y otros por no menos absoluta malicia, pisotean los derechos inatacables de la gente con la mayor impunidad.Aquello, como ya hemos demostrado, no es un blog, un foro de debate limpio y abierto, sino un asqueroso chat en el que se reúnen un grupo de amigachos para criticar a otros fascistas por las mismas o menores facherías que ellos mismos hacen.Estos tipos y sus amigos son los mismos que exigen la dimisión del Alcalde vallisoletano y su expulsión para siempre de la vida política al propio tiempo que ellos, que pecan más que él de maledicentes y fachas, se arrogan el supremo derecho a seguir pontificando sobre los pecados políticos de los demás cuando, como hemos visto, cometen otros muchos peores y mayores, qué le vamos a hacer,  incongruencias sólo aparentes de todos esos rojos del chat de Saco, que son más fachas que todos los alcaldes del PP.

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