Hay en el repertorio de Joan Manuel Serrat una canción en catalán que tituló Seria fantàstic. Se trata de toda una hermosa declaración de intenciones, o más bien de pretensiones ante la vida, que él definió como “un manojo de sueños”. Aplicada a la política, constituiría todo un ejercicio ejemplar de decoro y urbanidad. Ay, si los políticos y sus partidos remaran siempre en pos del interés ciudadano. Porque es tan complicado entender esa desconexión que existe en cuestiones que uno cree que deberían ser bandera de todos…
Pongamos por caso el Mar Menor. Aún recuerdo cuando Serrat vino hace un año a la plaza de toros de Murcia, en su gira de despedida, y tuve el privilegio de ser el único periodista que lo entrevistara; y que esa pieza se emitiera en el Telediario de TVE. En nuestra charla previa, le pregunté al cantautor barcelonés por lo que le parecía la situación medioambiental de ese rincón único del Mediterráneo, al que él tanto ha glosado en su larga y prolija trayectoria profesional. Serrat me advirtió de que estuviera atento a lo que, durante el concierto, iba a decir al respecto desde el escenario.
Cuando creí llegado el momento, cogí mi teléfono móvil y comencé a grabar sus palabras. La calidad de la imagen, por causa de la potente iluminación de los focos, dejó bastante que desear. Sin embargo, el audio, que era lo más interesante, resultó bastante aceptable. A primera hora del día siguiente subí aquel testimonio a Twitter y reconozco que cayó como una bomba. Me parecía muy revelador escucharle decir aquello, dirigido a los políticos a modo de reproche: “Si no saben, ¿qué hacen ahí? Si no pueden, ¿para qué están ahí? Y si no quieren, ¿para qué los queremos?”. A día de hoy, aquel tuit del 8 de junio del año pasado contabiliza casi 22.000 reproducciones y fue citado, incluso, en diferentes medios de comunicación de difusión nacional.
Como en el tema del Mar Menor, podríamos extendernos a otro episodio interconectado con este como es el Trasvase Tajo-Segura. Creo que todos deberíamos estar a favor de una agricultura sostenible, pero es paradójico que en una cuestión que desde 1977 ha dado vida, lustre y trabajo al campo de esta Región, aún haya banderías. Y, lo que es peor, que se intente sacar rédito con la polémica por puro interés electoralista y con el espurio objetivo, en este caso concreto, de obtener votos en las urnas.
Como dice Serrat en su canción, sería fantástico que ganara el mejor, y que la fuerza no fuera la razón… Sería fantástico no pasar por el embudo, que todo fuera como está mandado y nadie mandara y que llegara el día del sentido común. Igual es mucho pedir y hasta es posible que este lenguaje, tan lírico como sincero, no quepa en el diccionario de la embarrada política actual. Ya solo cabe que, este domingo, Dios reparta suerte. Porque no dudo de que la vamos a necesitar.