Si mi estreno favorito de la temporada ha sido Star-Crossed (de momento), el que se queda en un último puesto provisional es Dracula. Motivos puede haber muchos, pero el que más peso tiene es uno bien simple: ¡¡es muy aburrida!!
Una pena que hayan desperdiciado un argumento que parecía prometedor, así como la atractiva estética steampunk que tenía (y que posiblemente haya encarecido bastante la serie). Es esto último algo que me llama bastante la atención. Fijo que barata no ha sido, pero la NBC programó su emisión los viernes. Para los no iniciados, en EEUU los viernes es el día en que las series se dejan morir. Hay menos espectadores que el resto de la semana y, por lo tanto, atrae a menos anunciantes. Es decir, poner una serie de presupuesto más elevado en un día de menor recaudación parece un movimiento torpe.
Algunos pueden justificar que es para aprovechar el tirón de Grimm, que es la única serie que funciona bien los viernes y que atrae anunciantes. El problema reside en que no podrían ser más diferentes la una de la otra y, salvo excepciones, el público que atrae Dracula no se parece mucho al que atrae Grimm. Así que ya son dos los motivos por los que la serie no ha funcionado: aburrida y mal programada.
¿Hace falta explicar de que va una serie titulada Dracula? Pues igual sí, porque de vampiros, lo que se dice de vampiros, la serie no es. Que no se me entienda mal, el protagonista es un chupasangre y de vez en cuando salen más colmilludos… pero que nadie espere que eso sea la trama principal. El grueso de la serie se va en los tiras y aflojas románticos entre Mina, Jonathan y Alexander (y varios más, llegando a tener un polígono romántico de no sé cuántas caras); y en la venganza de Dracula y Van Helsing contra la Orden del Dragón. Esta venganza pasa por conseguir una forma eficaz de transmitir electricidad sin cables.
Y aunque la trama pintaba bonita (con cazavampiros y todo), la ejecución de la misma ha sido pésima. No ocurría nunca nada y, cuando lo hacía, te dejaba bastante indiferente. Malos diálogos, pésimos. Demasiado romance. Tanto que la otra trama queda casi en segundo plano. Tampoco entiendo muy bien los tejemanejes de Dracula, ya que hay varios sinsentidos en el argumento que lo único que hacen es mermar aún más el interés hacia la serie.
Como último punto negativo voy a recalcar que Jonathan Rhys Meyers ha sido un penoso Dracula. El papel le ha quedado muy grande y en algunas escenas parecía que estábamos viendo un teatrillo de preescolar más que una serie de televisión. Esto último no sólo con Jonathan… ha sido algo generalizado entre todo el reparto, salvo algunas excepciones. Es muy difícil cogerle cariño a una serie cuando la mayoría de sus personajes resultan demasiado forzados…
Entre las caras más conocidas de este reparto (siempre desde mi experiencia, claro) destacan sobre todo dos: el ya mencionado Jonathan Rhys Meyers (popular gracias a The Tudors) y Katie McGrath (la no tan querida Morgana en Merlin). Aunque también hay otras caras conocidas para el serieadicto de a pie. Por ejemplo, tenemos a Nonso Anozie, al cual pudimos ver en la segunda temporada de Game of Thrones. La actriz que hace de Mina también os puede resultar conocida, pues Jessica De Gouw ha salido en varios capítulos de Arrow.
En definitiva, que entre unas cosas y otras, la cancelación de esta serie no es ninguna sorpresa.
Después del salto hay unas fotos promocionales. Son horribles…