La empleada doméstica también se encarga de hacer la colada, planchar, cuidar de los animales domésticos de la casa e incluso sacarlos a pasear. También suele encargarse de la preparación de las comidas, desde el desayuno hasta la cena, incluyendo la merienda, por supuesto de los niños.
La empleada doméstica limpia la mesa, lava los platos, ordena la vajilla en la cocina. Éstas son sólo algunas de las tareas de las que se ocupa una empleada doméstica.
Un servicio excelente para los que nunca están en casa
Según servicio doméstico en Madrid consultado, el servicio de ayuda doméstica es la opción ideal para todos aquellos que creen que el cuidado del hogar es un trabajo tedioso y difícil, para todos aquellos que realmente no tienen ganas de hacerlo ellos mismos.
Sin embargo, también es un servicio excelente para quienes no están nunca en casa, que de otro modo tendrían que encargarse de todas estas tareas por la tarde, al volver del trabajo, cuando están demasiado cansados y necesitan un saludable descanso.
También hay que mencionar un último caso. La ayuda doméstica es la opción ideal para todas aquellas personas que no pueden ocuparse de la casa por sí mismas en absoluto. Por ejemplo, las personas mayores, completamente autosuficientes, pero que ya tienen más de 80 años, así como las personas discapacitadas o enfermas. Todos estos son casos en los que un servicio de ayuda doméstica puede considerarse una opción válida.
¿Boca a boca, anuncios en la web o agencias de empleo especializadas?
Esta es, sin duda, la pregunta que se hacen quienes deciden confiar en una empleada doméstica.
En la mayoría de las circunstancias, la mejor opción es siempre una agencia. Sí, porque una agencia especializada ofrece un abanico debidamente seleccionado de colaboradores para elegir, entre los mejores que están disponibles para trabajar, entre los más fiables.
No sólo eso, con una empresa especializada en la limpieza del hogar y el personal doméstico, como por ejemplo la atención domiciliaria, también es más fácil gestionar la parte administrativa y burocrática, como la paga, las vacaciones y los días libres.
También es posible pedir a una agencia que sustituya a la empleada si no satisface sus necesidades específicas.
Dicho esto, a continuación se exponen algunos detalles a tener en cuenta a la hora de elegir:
Fiabilidad y empatía. Si en el primer encuentro con la empleada doméstica se percibe que estos dos elementos están presentes, definitivamente se estará ante la persona adecuada, que cuidará de la casa y de la familia lo mejor posible.
Discreción. Una persona que viene a trabajar a su casa durante tantas horas al día lo verá y escuchará todo. Es importante que sea una persona discreta para que no ande cotorreando los asuntos personales al resto del mundo.
Flexibilidad. Evidentemente, las horas de trabajo se decidirán juntos, pero si se puede encontrar una persona flexible, que no tenga problemas en trabajar una hora más incluso en el último momento, mejor. Obviamente, sin embargo, la flexibilidad debe ser una decisión pactada entre el trabajador y el empleador. Si se está dispuesto a dejar que la empleada doméstica se vaya una hora antes en ocasiones oportunas, se verá que lo devolverá con creces.
Habilidades. Siempre es mejor optar por una persona que ya tenga experiencia laboral en el sector del servicio doméstico o en un sector similar. Si además ha seguido algún curso de formación ad hoc, mejor, por supuesto.
Alma camaleónica. Una empleada doméstica que sepa camuflarse en el entorno, que sea silenciosa y casi invisible, es exactamente lo que se necesita para que la vivienda sea agradable. Mejor aún si se trata de una empleada doméstica que sabe cambiar de actitud según la situación. Tanto si se trata de pasar una tarde de sábado relajada con la familia, como si se ha organizado una fiesta importante con algunos directivos de empresas o si se celebra el cumpleaños de un hijo con amigos, el asistente doméstico debe ser siempre capaz de hacer malabarismos con cada situación.
Cómo elegir una empleada doméstica
El primer paso para elegir a la empleada doméstica más adecuada a las necesidades es centrarse en los requisitos indispensables que debe tener la empleada doméstica ideal y cuáles no debe tener categóricamente.
Por ejemplo, si se necesita una persona que sea muy puntual, que sea amante de los animales, ya que las diversas tareas requeridas incluyen el cuidado del perro, y que no sea fumador dada la presencia de niños pequeños en la casa.
Conclusión
Un buen servicio doméstico está atento a las normas de limpieza e higiene, conoce y sabe utilizar con seguridad los electrodomésticos y productos de limpieza (aspiradora, lavadora, plancha, detergentes, etc.).
Además de la capacidad de limpiar de forma cuidadosa y precisa, la discreción y la fiabilidad son requisitos fundamentales para trabajar como servicio doméstico. La capacidad de organización, la flexibilidad, las habilidades interpersonales y la puntualidad en la realización de las tareas completan el perfil.