La economía de mercado, es decir, el capitalismo, es indudable que tiene sus ventajas. Se puede criticar algunos de sus aspectos, pero en general ha propiciado el progreso de buena parte de la humanidad. Sus ventajas también han llegado al sector editorial, pese a los grupos que han monopolizado habitualmente el mismo.
Uno de los ejemplos más evidentes de esta democratización del sector editorial, es la explosión de nuevos autores que antes jamás hubieran llegado al mercado. Ahora, con una economía más flexible y liberalizada, los servicios editoriales que en el pasado monopolizaban y controlaban unos pocos grupos editoriales, están ahora a disposición de editoriales independientes y de nuevos autores.
Los servicios editoriales de calidad, con buenos y experimentados profesionales, y la facilidad de contratar sus servicios (siempre que se paguen), representan un salto enorme para el acceso al mercado editorial. Esto ha hecho posible que muchos nuevos autores y editoriales pequeñas estén en disposición de competir con grandes grupos editoriales.
La posibilidad de contratar editores, correctores, ilustradores, maquetadores, publicistas, community managers, etc, en un mercado de libre competencia en el que se ofrecen servicios editoriales para aquellos que quieren una edición de calidad, ha abierto las puertas del sector para que todos aquellos interesados en publicar bien, puedan hacerlo sin necesidad de recurrir a grandes editoriales.
Los servicios editoriales son ese gran recurso para pequeñas editoriales y autores independientes que quieren editar con calidad sus libros. Pocas veces se presta atención al tema, pero la economía de mercado ha hecho posible que la contratación de los servicios editoriales revolucione el sector editorial y literario, concediendo el poder y la libertad de actuación a escritores y editoriales independientes.
Hoy día no es necesario contar con un grupo editorial grande, que además suelen imponer medidas de explotación sangrantes, para publicar un libro. Los servicios editoriales, merced a la magia del capitalismo, ha hecho posible algo que parecía irreal hace años: editar y publicar bien, con la misma calidad que las grandes editoriales, gracias a la contratación de los mismos profesionales que trabajan para éstas y otros similares.
No todos los servicios editoriales son de calidad, pero localizar los que sí lo son y contratarlos, es lo que hace la diferencia para conseguir editar buenos libros que puedan competir en el mercado. Los servicios editoriales conceden el poder de controlar todo el proceso a los autores y las editoriales independientes. Un aliciente demasiado tentador.
Puro capitalismo. Edición democrática.