Revista Cultura y Ocio

Sesión de citas #24 {Bajo la misma estrella}

Publicado el 14 junio 2014 por Kyanea @KInNeverland
Sesión de citas #24 {Bajo la misma estrella}
-Hazel, eres una adolescente.-Si quieres que sea una adolescente, no me mandes a un grupo de apoyo. Dame un DNI falso para ir a la disco, beber vodka y fumar porros.-Para empezar, tú no fumas porros.-Eso lo sabría si me consiguieras un DNI falso.
Soy como... como una granada. Soy una granada, y en algún momento explotaré, así que me gustaría que hubiera el menor número de víctimas posible.
-Estás tan ocupada siendo tu que no tienes ni idea de lo absolutamente original que eres.
-Dormir va bien contra el cáncer.-Entonces soy una máquina contra el cáncer.
Si un chico que no está bueno te mira de arriba abajo, en el mejor de los casos te sientes incómoda, y, en el peor, te sientes agredida. Pero un chico que está bueno... en fin.
Llegará un día en que todos nosotros estaremos muertos. Todos nosotros. Llegará un día en que no quedará un ser humano que recuerde que alguna vez existió alguien o que alguna vez nuestra especie hizo algo. No quedará nadie que recuerde a Aristóteles o a Cleopatra, por no hablar de vosotros. Todo lo que hemos hecho, construido, escrito, pensado y descubierto será olvidado, y todo esto, habrá existido para nada. Quizá ese día llegue pronto o quizá tarde millones de años, pero, aunque sobrevivamos al desmoronamiento del sol, no sobrevivieremos para siembre. Hubo tiempo antes de que los organismos tuvieran conciencia de sí mismos, y lo habrá tiempo después. Y si te preocupa que sea inevitable que el hombre caiga en el olvido, te aconsejo que ni lo pienses. Dios sabe que es lo que hace todo el mundo.
Peter van Houten era la única persona con la que había tropezado que: a) parecía entender qué es estar muriéndose, y b) no se había muerto.
-Joder -dijo Augustus en voz baja-, qué tía más rara.
-¿Por qué me miras así?-Porque eres guapa. Me gusta mirar a las personas guapas, y hace tiempo decidí no privarme de los sencillos placeres de la vida.
<<Sin dolor, ¿cómo conoceríamos el placer?>>.(Podríamos analizar este estúpido y poco sofisticado argumento sobre el sufrimiento durante siglos, pero baste con decir que la existencia del brócoli en ningún caso afecta al gusto del chocolate.)
-Para ser justos con Mónica, lo que tú le hiciste tampoco fue muy bonito.-¿Qué le hice?-Ya sabes, quedarte ciego y esas cosas.-Pero eso no es culpa mía.-No digo que fuera culpa tuya. Digo que no fue bonito.
-Sabes cómo hacerme callar, Hazel Grace.-Es mi privilegio y mi responsabilidad.
-Entonces este es tu traje para cuando te mueras.-Exacto. ¿Tú no tienes un vestido para cuando te mueras?-Sí -le contesté-. Un vestido que me compré para la fiesta de mi decimoquinto cumpleaños. Pero no me lo pongo para salir con un chico.-¿Estás saliendo conmigo?-Sin presionar.
-¿Crees que hay vida después de la muerte?-Pienso que la vida eterna es una idea incorrecta.-Tú sí que eres una idea incorrecta.-Lo sé. Por eso me sacan de aquí.-No tiene gracia.
-Recurrí a mi gran carisma para ganármela.-No tienes tanto carisma. Simplemente estás bueno.
-Hazel Grace, sería un privilegio que me rompieras el corazón.
-¿Cómo has crecido tanto que entiendes cosas que confunden a tu vieja madre? Parece que fue ayer cuando le contaba a la Hazel de siete añitos por qué el cielo era azul. Por aquella época pensabas que era un genio.-¿Por qué el cielo es azul?-Porque sí.
Creo que en este mundo tienes que elegir cómo cuentas las historias tristes, y nosotros elegimos la versión divertida.
El mundo no es una fábrica de conceder deseos.
-No creo que estés muriéndote. Lo que creo es que tienes un poquito de cáncer.
-¿Sería totalmente absurdo intentarlo?-No vamos a intentarlo. Vamos a conseguirlo.
Hay infinitos más grandes que otros infinitos.
No voy a contaros nuestra historia de amor porque, como todas las historias de amor reales, morirá con nosotros, como debe ser.
Gus, amor mío, no puedo expresar lo mucho que te agradezco nuestro pequeño infinito. No lo cambiaría por el mundo entero. Me has dado una eternidad en esos días contados, y te doy las gracias.
Sesión de citas #24 {Bajo la misma estrella}
La única persona con la que quería hablar de la muerte de Augustus Waters era Augustus Waters.

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