Como hace ya unos meses nuestra compañera Gemma nos reseñaba el film Cromwell (Ken Hughes, 1970) protagonizado por Richard Harris y Alec Guinness, al mismo tiempo que nos recomendaba esta película, Matar a un rey.La historia gira entorno a la Revolución que sucedió durante la década de 1640 en Inglaterra, y como dos amigos líderes en dicha revolución con el objetivo de mejorar los derechos de los hombres y mujeres del reino, se convierte en una lucha en los ideales más radicales de Cromwell contra los moderados de Fairfax, este último muchas veces olvidado de la historia.De fotografía similar a Vatel de Roland Joffé, consigue transportar al espectador a este mundo de corrupciones políticas y ambiciones que parecen no tener fin, y mediante un excelente guión consigue dejar claro como sucedió realmente esos hechos que hoy en día son reclamos mitológicos en Inglaterra.Cuando hablamos de Tim Roth tan solo hablamos de un excelente actor que consigue convertir al más respetado de los personajes históricos en un villano. A pesar de estar encasillado en este papel de malvado cruel y sádico, siempre consigue crear unos personajes que nos gustan y nos atraen más que los propios protagonistas y héroes del film, en esta ocasión interpreta a un convencido Cromwell que hará lo imposible para instaurar un régimen con sus ideas. Junto a él un más que aceptable Dougray Scott que nos interpreta al noble General Fairfax, Olivia Williams como la sufrida esposa de este, y un magnífico Rupert Everett como el decapitado rey Carlos I.La principal diferencia entre las dos cintas es que mientras la clásica de 1970 nos muestra una visión idealizada y mitificada del personaje que fue Cromwell, en esta ocasión el retrato es más fiel, salvando todas las diferencias, con la realidad de la Inglaterra de mediados del siglo XVII. A pesar de ello el personaje es llevado a tal extremo de maldad que parece que en lugar de suponer un éxito para los ciudadanos de Inglaterra fue una maldición, pero como todos los grandes hombres, en su época fueron tildados de tiranos en lugar de genios.Un película redonda en cuanto a su representación y puesta en escena, que gustará a todos, tanto a los escépticos del cine histórico como a los seguidores de este género.Valoración: 4/5