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Los hongos como el Shiitake, el Reishi, el Maitake, el Champiñón del Sol, la Cola de Pavo y el Cordyceps, han demostrado en numerosos estudios tener, entre otras, propiedades estimulantes del sistema inmune sin producir efectos tóxicos.
La “Micoterapia” o el uso de los hongos o setas con fines terapeúticos tiene sus orígenes en la medicina tradicional oriental. La Medicina Tradicional China ha recurrido durante siglos a los hongos con fines preventivos y para el tratamiento de varios tipos de patologías y han sido utilizados por las diferentes escuelas de Taoismo para mejorar la mente, el espíritu y como tonificador físico. También en occidente, en pueblos del Norte de Europa y de America latina, los hongos se han utilizado por sus beneficios para la salud y han llegado incluso a ser considerados como “divinos”.
Hasta la fecha han sido estudiadas las propiedades terapéuticas de mas de 200 especies de hongos, siendo hoy en día aceptada la terminología de “hongo medicinal”. Algunos de los hongos utilizados en terapia resultan comestibles, incluso muy apreciados en el ámbito culinario, como es el caso de Polyporus umbellatus, Grifola frondosa o Maitake, Polyporus umbellatus, Lentinus edodes o Shiitake y Hericium erinaceus, sin embargo otros, aunque no son tóxicos, son muy leñosos, por lo que no son agradables de comer y únicamente se utilizan con finalidades terapéuticas, como el Ganoderma lucidum o Reishi, Coriolus versicolor y Cordyceps sinensis.
Las setas son alimentos muy complejos y ricos desde el punto de vista nutricional, aportando aminoácidos esenciales, polisacáridos, proteínas, minerales, vitaminas y una gran variedad de enzimas a nuestro organismo. Además destacan por su elevada concentración en compuestos bioactivos útiles para el organismo, que han sido reproducidos por la industria farmaceútica para la síntesis de medicamentos, como las estatinas naturales (Lovastatina de Pleurotus ostreatus o la Monacolina de Monascus purpureus), la Penicilina, aislada a partir de Penicillium notatum o la Plectasina, bactericida muy potente aislado a partir de Pseudoplectania nigrella. Sin embargo, a día de hoy no ha sido posible reproducir a nivel industrial las que son probablemente las moléculas activas más importantes de los hongos, los Beta (ß)-glucanos.
Los ß-glucanos son polímeros de glucosa (polisacáridos) unidos mediante enlaces específicos. Son considerados actualmente como moléculas con una potente actividad estimulante del sistema inmunitario y que favorecen la adaptación del organismo en respuesta al estrés ambiental y biológico.
Debido a su particular estructura, los ß-glucanos pueden unirse a receptores presentes en la superficie de distintas células del sistema inmune, activándolas. A menudo, los ß-glucanos interaccionan con más de un receptor al mismo tiempo. De esta manera se activan toda una serie de mecanismos destructores, no únicamente frente a microorganismos, sino también frente a células extrañas para el organismo, como las células tumorales.
El efecto regulador del sistema inmune de los ß-glucanos depende de la estructura de la molécula. Cuanto mayor y más compleja sea, más potente resulta el efecto que ejerce sobre el sistema inmunitario. Los polisacáridos de hongos superiores tienen un poder terapéutico especialmente elevado sobre el sistema inmunitario debido a su complejidad y variabilidad estructural, así como por sus elevadas dimensiones. Por otro lado, cuanto mayor sea la variedad de polisacáridos implicados, mayor será la eficacia de la acción. Por esta razón las mezclas de extractos de varios “hongos medicinales” serán más eficaces que los extractos de uno solo.
Para seguir un tratamiento de micoterapia es muy recomendable usar los extractos de micelio, en polvo o encapsulados. De esta manera se concentran los principios activos y se puede reducir el volumen a ingerir para obtener resultados terapeúticos.