Revista Viajes
Todos mis compañeros de piso me acaban preguntando, tarde o temprano, las dudas de sus deberes de castellano.
En este sentido, hay dos niveles: los que aún tienen problemas para diferenciar los verbos ser y estar y por tanto usan indiscriminadamente y, por otro lado, los que ya han superado esta dificultad y que suelen hacer preguntas más difíciles.
Hace un par de semanas, un inglés, mientras preparaba su té de las cuatro, me hizo una pregunta que me resultó obvia en un primer momento:
-Emilio, ¿se dice Sevilla es bonitA o Sevilla es bonitO?
-Sevilla es bonitA.
-Entonces, ¿las ciudades son todas femeninas?
-Pues creo que sí, sí. O no. Jaén no. Jaén es masculino -dije mientras recordaba el famoso poema de Manuel Machado que dice "plateadO Jaén".
-¿Y Madrid?
-Madrid... Madrid es femenino. Por ejemplo, se dice "Madrid estaba llenA de personas". Y también... ...espera, se dice "EL Madrid de los años cuarenta"; "LA Madrid de los años cuarenta" me suena raro. Madrid debe ser ambiguo. Sin embargo, Sevilla es claramente femenino; se dice "LA Sevilla de hoy" y no "EL Sevilla de hoy", que se referiría al equipo de fútbol.
La cosa se puso más complicada cuando descubrí que "EL Sevilla de hoy" no sonaría demasiado raro en cuanto se hiciera mi oído. Ahora no tengo claro que Sevilla sea tan femenina, pero yo diría que sí, al menos por todos esos azulejos del centro que rezan "Sevilla, miarma, qué guapA eres".
Este problema gramatical de género me dejó con la mosca detrás de la oreja, hasta que decidí comprobar si mi gramática de la R.A.E. decía algo respecto al tema.
En efecto, en la sección 2.5.1b, leí lo siguiente:
"En el caso de los nombre propios de ciudades y países tienden a usarse como femeninos los que terminan en -a átona (Colombia, Córdoba). Cuando acaban en -á tónica, los nombres de países son masculinos (Panamá, Canadá), pero los de ciudades suelen ser femeninos (Bogotá). Los acabados en otra vocal o en consonante concuerdan por lo general en masculino (Toledo, Buenos Aires) aunque a menudo ambos géneros son posibles. Ambos géneros son posibles cuando se combinan con el cuantificador todo, pero se prefiere el uso de Madrid como masculino."
Así pues, deduje que el género de las ciudades es más bien una tendencia, siendo la elección final del hablante usar el masculino o el femenino. Sin embargo, aún me planteo si existen tintes subjetivos que nos hagan elegir un género u otro en función del contexto en el que se desenvuelva la ciudad.
Foto: Desde la azotea de Manu y Rocío.