"No hay mayor signo de prepotencia –como nos demostró el caso de
Monteseirín con el célebre Parasol– que tratar de condicionar el paisaje
colectivo con los propios caprichos, sean éstos del signo que sean.
Bajo estos intentos sólo late un espíritu de patrimonialización de la
ciudad que tiende a ignorar que la sociedad ya no es la de antes y que
la lectura de los espacios públicos debe ser plural, que no es lo mismo
que ecuménica. Entre la diversidad y el cosmopolitismo hay una
diferencia nítida: consiste en la calidad de la mirada, no en la
absurda repetición de un cómodo sistema de cuotas."
Carlos Mármol, "La Patología de las estatuas"