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Sevilla y Valencia comenzaron La Liga repartiendo puntos

Publicado el 23 agosto 2014 por Jhon Pablo Cuéllar Torres @jhonpact

El Valencia ha rescatado un punto en el Pizjuán cuando jugaba con diez ante un Sevilla timorato que se había adelantando al filo del descanso merced a un tanto de Aleix Vidal. Orbán, con el pecho, fue el encargado de hacer justicia al acto de fe del conjunto che.

El Valencia pinta bien. En un duelo en el que todo se le puso en contra, fue capaz de pegar un último arreón, cuando ya jugaba con uno menos, para rescatar un punto del siempre complicado Pizjuán. La mayoría de los equipos hubiesen bajado los brazos tras la expulsión, entre otras cosas porque el Sevilla era bastante mejor en esos instantes, pero este Valencia se agarró a su fútbol para asestar un postrero golpe a un rival que vive inmerso en un mar de dudas y que sale muy tocado de este partido.

Porque si el Valencia pinta bien -y mejor que lo hará si se concretan los fichajes anunciados-, el Sevilla es, en el mejor de los casos, una gran incógnita. Empezó mal el partido, pero se encontró con un tanto al filo del descanso que le hizo templar los nervios. Su segunda parte estaba siendo notable, hasta el punto de dominar el encuentro con cierta holgura, pero reculó en los minutos finales y permitió que el Valencia se creciera hasta dar el definitivo zarpazo cuando restaban apenas dos minutos para el final del tiempo reglamentario.

Y claro, con tal sofoco, es normal que Nervión se acordara de Rakitic, y de Mbia, y de Alberto Moreno, y, sobre todo, de Fazio, que era el ancla de una zaga que hoy regaló más de lo aconsejable cuando uno aspira a jugar un papel protagónico en la Liga.

Mejor el Valencia en el arranque del duelo. Los de Nuno hilvanaban un fútbol más vistoso, aunque la primera y gran ocasión che llegó tras un grave error de Pareja, que regaló la pelota a Alcácer y permitó que éste asistiera a Piatti en posición inmejorable. El tanto estaba cantado, pero el remate del argentino tocaba los dos palo tras superar a un batido Beto.

El Sevilla igualó las fuerzas con el paso de los minutos, pero parecía incapaz de inquietar a Diego Alves, así que tuvo que ser de nuevo el Valencia el que probara fortuna, esta vez tras una frivolité de Barbosa -que había sustituido a un lesionado Beto- que casi aprovecha Piatti para abrir el marcador.

El tanto del Sevilla, obra de Aleix Vidal tras una gran combinación entre Vitolo y Bacca, no hacía justicia a lo visto en esta primera parte pero sí situaba el partido en una nueva dimensión.

Tanto así que los de Emery se acordaron al fin de que la pelota no merece ser maltratada, entre otras cosas porque poco rédito se suele sacar del balón rifado, y empezaron a jugar al fútbol con mucho más sentido.

Así llegaron los mejores minutos locales, que casi se reflejan en el marcador con un remate de Vitolo que se perdió muy cerca del palo izquierdo.

Poco después llegó la expulsión de De Paul. El chaval no tenía la intención de agredir a Aleix Vidal, que venía agarrándole, pero le soltó un par de manotazos que Del Cerro Grande consideró merecedores de la roja, entre otras cosas porque el sevillista sangraba con profusión y no pudo seguir sobre el terreno de juego.

Parecía la estocada definitiva para el Valencia, y así hubiera sido si este equipo no se hubiera sobrepuesto de forma admirable a tanto contratiempo.

Porque el tanto de Orbán con el pecho no fue producto de una acción aislada. Qué va, fue el resultado lógico al dominio ejercido por el conjunto che en una recta final en la que acarició el empate hasta en tres ocasiones antes de que el argentino hiciera justicia.

Con el tiempo cumplido, un despeje fallido de Carriço casi permite a Rodrigo completar la remontada pero Barbosa estuvo rápido a la hora de despejar el esférico. Hubiera sido el colofón perfecto a un partido que el Valencia se negó a perder y el Sevilla no quiso ganar.

Fuente: http://www.marca.com/

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