Revista Religión
I
Las palabras no encontraba
pá decir lo que te quiero,
se hace un nudo en mi garganta
y mi voz se hace requiebro.
Cuantas cosas pá decirte,
cuantas lagrimas guardadas,
cuantos momentos me distes,
cuantos vivas se me escapan
si al mirarte me sonríes.
Hoy Pastora lo vuelvo a hacer,
hoy te canto frente a frente
vuelvo a proclamar la fe
que mis padres me inculcaron
desde antes de nacer.
II
Me enseñaron a quererte
con los reaños del alma,
y a sentir dentro, muy dentro,
esta devoción mariana.
Cuantas veces me acunaron
con plegarias pastoreñas,
cuantas veces me enseñaron
a llevarte por bandera,
siempre fiel a tu rebaño.
El delirio de quererte,
la locura de este pueblo
que sin ti ya no se entiende,
mi pueblo cantillanero
pastoreño desde siempre.
III
Dios te salve a ti Pastora,
fuente de fe verdadera,
manantial de amor sincero,
del pastoreño, el emblema.
Cuantos piropos “prendios”
se alzaron para alabarte,
cuantos versos y “quejios”,
pá tu cara incomparable,
el tesoro de tus hijos.
Viva tu cara, Señora,
que es la fortuna más grande
que el pastoreño atesora,
la Reina del Mundo entero,
nuestra Divina Pastora.
IV
Eres Pastora Divina,
dueña y Madre de esta tierra,
eres mar de señorío
y Reina cantillanera.
Cuantos sueños se cumplieron,
cuanta fe vas derramando,
cuantas promesas se hicieron,
cuantos besos en tu mano
cuantos vivas y “te quieros”
Por eso el cantillanero
siempre da gracias al cielo,
de haber “nacio” en este pueblo
y le da gracias a Dios
por hacerlo Pastoreño.
Letra: Carmen Hurtado Berrocal/Música: Antonio Portillo Daza
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