Sexismo y colecciones de discos

Hace unos días, navegando por Tumblr, me encontré con un blog llamado “My Husband’s Stupid Record Collection” . Al momento supe que quería escribir algo sobre él. La idea es muy sencilla: Una mujer llamada Sarah O’Holla cuyo marido tiene una colección de 1500 discos de lo más variados se propone escucharlos uno a uno y escribir su opinión al respecto.

Me parece una idea de lo más divertida, sobretodo por los discos tan raros que aparecen a veces y por la manera en la que ella habla de ellos, sin estar condicionada por ninguna opinión exterior ni intentando usar etiquetas que no entiende ni ella, cosa de lo más común en las reseñas “profesionales”.

Me pregunto cómo sería si yo hiciera lo mismo con los discos de Edu o él con los míos. De hecho, ahora ya están todos tan mezclados que acaban pasando cosas tan inesperadas como que yo acabe cantando canciones de Interpol o que él se ponga un disco de Russian Circles para hacer las tareas domésticas.

Por suerte, mis discos más comprometidos o aquellos de los que no me siento especialmente orgullosa se encuentran guardados en cajas en los altillos de casa de mis padres. No sé por qué pero, aunque haya algunos que puede que no los vuelva a poner en un reproductor nunca más, soy incapaz de deshacerme de ellos. Al fin de al cabo, son parte de mi historia de una u otra forma.

De los únicos discos que me deshice fue de los de Slipknot, que se los regalé a un compañero de trabajo por Navidad hace un par de años. A cambio, él me regaló un vinilo de Charles Bradley. ¿No está mal no?

Volviendo a este curioso blog, resulta que no soy la primera que habla sobre él y en el blog JEZEBEL ya le han dedicado un extenso artículo. La verdad es que me ha sorprendido el análisis tan “profundo” que han hecho de él.

Para los que no tengan tiempo de leerlo (aunque os lo recomiendo) os lo resumo: básicamente la autora usa el blog de Sarah O’Holla como hilo conductor para hablar de un tema que ojalá estuviera más que superado: el sexismo en el rock y el ataque que reciben muchas mujeres que escriben sobre música.

A mi nunca me han insultado (o al menos no que yo sepa) por escribir sobre música pero sí que me he encontrado con más de una cara de sorpresa cuando el entrevistado con el que he quedado descubre que soy una chica, y además, joven. Noto su cara de decepción y sé que me llevará cinco minutos extras ganarme su confianza pero, al menos ne el 95% de los casos, no puedo considerar que haya sentido ningún tipo de menosprecio. ¡Ya se acostumbraran! Y sí, aún hay gente que no entiende que una chica vaya sola a un concierto de rock pero ¿a caso ese es mi problema?

Del mismo modo, puede que me haga falta ser más crítica como para que cada vez que un amigo me enseña algo de música nueva piense que eso es por culpa de la sociedad patriarcal en la que vivimos, pero mi cabeza no funciona de esa forma y opino que es todo más sencillo.

Creo que Sarah no tiene ninguna intención de ir de enteradilla y me parece genial que alguien haga un acercamiento a la música (y en este caso a su marido) de esta manera. Y si fuera un chico el que escribiese el blog me seguiría pareciendo igual de curioso. Al fin y al cabo, estamos hablando de música. No nos pongamos tan serios.

PD: He encontrado este artículo de Playground que también habla un poco del tema y si alguien se anima, aquí os dejo un par de libros: