Sin extenderme, el excéntrico Sixto Sexto, ex profeso y exiliado, se pagó estudios de sexólogo trabajando de sexador de pollos. Exornaba su sexualidad de forma poco exquisita y algo exhibicionista -eximiéndose de exprimirla con extranjeros-. Nada sexy, el ex-sexador de pollos se excusaba por su inexitosa inexperiencia explayándose con cocina tex-mex y sesiones de tuper-sex. Un extraordinario día, con un tuxedo texano, tras tocar el saxo, exhaló su último y extraño aliento exclamando: “¡ox…!”. Pasaron las exequias y su cuerpo fue exhumado. Un excitado experto examinó al exánime Sixto: “Extraordinario: alcanzó el inexacto pero inexorable límite; fue una excelente -por exacerbada- explosión exógena. Sixto Sexto falleció deu ex machina; extinto por exceso de equis”.
Por reprimir sexo se han librado batallas, por practicar sexo se han rendido ejércitos. Como principio y fin del mundo ¡somos sexo! Y sexo y ecología van de la mano. En serio. No hay nada más sexual que defender la biodiversidad y el respeto por la naturaleza; no hay nada más saludable que el sexo -sano y consentido, por supuesto-. En éste artículo de la CNN se enumeraban las ventajas contrastadas de practicar sexo -además de la evidente diversión implícita-; el resultado de los estudios es que las personas sexualmente activas tenían más probabilidades de mantenerse en forma y vivir más tiempo; sufrían menos dolencias cardíacas, tenían menos riesgos de contraer cáncer de pecho, equilibraban más eficientemente los niveles hormonales… por todo ello y porque relajados y sonrientes, es mucho más complicado ser malas personas, en Cooliflower proclamamos nuestro apoyo al buen sexo, tanto mejor si está aderezado con una buena dosis de amor.
Viva agosto verde.
Consejos Greenpeace para un sexo más ecológico:
(¿Habremos batido el record mundial de equis por artículo?)
![¡SEXO! ;-)](https://m1.paperblog.com/i/22/222412/sexo-L-SzPcL8.jpeg)