SEXO POR AMOR, SEXO POR PLACER
El amor es un sentimiento. El sexo, un acontecimiento biológico, un acto físico, ambos pueden ir unidos o no, por tanto, para que las relaciones sexuales sean placenteras el amor no es imprescindible pero el deseo sí. El sexo, por tanto, puede ser por amor o por placer.
En el sexo por amor. Cuando las relaciones sexuales están basadas en él, el sentimiento puede potenciar algunas sensaciones sicalípticas, te preocupas por la satisfacción de tu pareja, gozas el antes, durante y después. En una relación donde prima el respeto, cariño y consideración, ellos pueden ser más generosos, sin embargo, es más fácil que llegue la temida rutina sino se le encuentra rápida solución.
En el sexo por placer, es una dimensión propia del ser humano, así que tanto hombres como mujeres están en la constante búsqueda de él, aunque vivamos en una sociedad machista que tacha a las mujeres que lo practican, el sexo visto desde la perspectiva del placer despojándolo de cualquier culpa genera mejor estado de ánimo y bienestar.
Bioquímicamente el placer sexual es la respuesta del sistema nervioso central que puede ser provocada por una estimulación sensitiva en órganos sexuales y como consecuencia de la liberación de la hormona noradrenalina producida en la médula suprarrenal.

Es bueno aclarar que este fragor sexual es la respuesta del cuerpo a la estimulación. El ser humano puede excitarse por estímulos que oye, mira, huele, saborea o toca. También puede ser real, estar presente o no, ser fruto de la imaginación e incluso del sueño. La excitación se produce cuando acariciamos nuestras zonas erógenas, también, cuando una pareja lo hace mutuamente.
Ahora, cuándo podemos diferenciar que estamos en presencia si es por amor o por placer, aquí creo, entra de lleno el compromiso. Aunque es muy difícil diferenciar la relación entre ellos, Si podemos asegurar que todas las parejas buscan un placer en sus relaciones sexuales, bien sea dentro o fuera de dicho compromiso.

Como siempre, este artículo es una reflexión al sexo responsable y protegido, el cual siempre que se realice con responsabilidad será de gran satisfacción. De igual forma, un llamado a los que aún ven esta práctica como una prohibición, la consideren una necesidad biológica de los seres humanos