Como quiero que este blog tenga la mayor difusión posible he decidido poner un poco de sexo en él y ya veremos qué pasa.
Investigando sobre sexo y arquitectura, he encontrado un relato de Mario Coyla, cubano, que ha llamado mi atención: 1958, arquitectura, sexo y revolución. Les recomiendo su lectura www.casamerica.es/content/download/.../I958+mario+coyula.pdf.
El caso es que la arquitectura juega un papel fundamental en el campo de la sexualidad, y muchas veces se obvia este aspecto. En un blog costarricense que he localizado hoy en la red, por ejemplo, Carlos Vargas, arquitecto, comenta que para tener una casa sexualmente adecuada no hay que gastar una fortuna sino simplemente, cuando se diseña, tener en cuenta que el cuarto marital es un cuarto diferente al resto de los dormitorios. Entre esas paredes, además de dormir y ver televisión (por favor, no instale allí un televisor), se realiza una de las actividades más importantes de la vida humana: allí, también en otros sitios, pero allí estadísticamente más veces, se hace el amor.
Hace algunos años, durante unas conferencias en la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid se propuso a los alumnos que durante el descanso del almuerzo fueran a la biblioteca para documentarse con la obra o imagen de arquitectura que más les estimulase. La fotografía de Le Corbusier pintando desnudo fue elegida por amplia mayoría, pero ¿por qué motivo el cuerpo humano desnudo llama tanto nuestra atención?, ¿qué hay verdaderamente de amoral o de irreverente en la pose de Le Corbusier?
Luis Cercós (LC-Architects)
http://www.lc-architects.com