La sexualidad, es un mudo tenebroso para algunos y muy interesante para otros, un mundo en el cual muchos están dispuestos a entrar sin importar nada y al que otros temen explorar, ninguno se imagina al inicio cuan complicado ha de ser, no se imaginan que una vez probado es difícil dejar y no se puede retroceder, se puede asumir un fácil control, pero la verdad es que nunca se tiene un fácil control, requiere esfuerzo mental y físico no ceder ante la presión o el momento cuando no se tiene experiencia, incluso en la soledad la mente perturba el cuerpo recordando sensaciones y momentos sin siquiera planearlo.
La sexualidad es un mundo completamente ajeno los primeros años de tu vida, no tienes idea de lo tabú que puede llegar a ser ni siquiera sabes que existe esto, tiendes a querer explorar sin saber, y justo cuando eres consciente de ella, te enfrentas a la realidad de lo inaccesible que es.
Pero la sexualidad tiende a ser vista como algo que se quisiera explorar por curiosidad o por afán de popularidad, comenzamos a ser ajenos a la importancia del entendimiento.
Dejamos de lado el conocer antes de probar, probamos para conocer y aunque exista el momento en el que esta ideología sea buena, somos incapaces de notar la información que podemos reclamar antes de probar.
Y en realidad, deberíamos verla como aquello tan inalcanzable que debe ser entendido antes de alcanzar…