La SGAE ha sabido grajearse, durante los últimos años, el odio de los internautas españoles. Amparados por un gobierno que debía favores al mundo del espectáculo, se han enriquecido en nombre de la cultura, de la que se auto-erigieron paladines y salvadores.
Con esta detención podemos poner en tela de juicio “tan loable oficio”. El dinero llama al dinero, y la avaricia los llevo a exigir cánones de dudosa legitimidad y, que a posteriori, los tribunales europeos consideraron ilegales. Señor Bautista y demás miembros de la SGAE, señora Sinde ¿Quiénes son los piratas? ¿Quiénes son los delincuentes?
alfonsovazquez.comciberantropólogo