Revista Cultura y Ocio
Miren lo que se les ha ocurrido a nuestros vecinos de la Isla Grande con motivo del 400 aniversario de la muerte de William Shakespeare: renombrar algunas de sus estaciones de metro con nombres de personajes shakesperianos y plasmarlos en un plano especial para coleccionistas.
Y las instituciones responsables lo justifican así: "Intentamos llamar la atención de la gente hacia la literatura. Lo que este maravilloso recuerdo revela es el trabajo de Shakespeare, sus personajes y temas se mezclan entre sí de una manera fascinante. Y pensar acerca de cómo navegar entre las obras de la misma manera en que pensamos sobre cómo movernos en el metro nos recuerda que tan complejas son, las obras de Shakespeare están totalmente accesibles para todo el mundo."
Igualito que aquí cuidamos a los nuestros, no me digan. Igualito que aquí derrochamos orgullo por nuestra cultura (¿y eso qué es lo qué es?, diría nuestro Ministro de la misma, que no sé ni quién es, la verdad, ni falta que me hace). Igualito que aquí la difundimos y la promovemos y la contagiamos.
Eso sí, mucho que Viva la Marca España por aquí y por allí. Y mucho mamoneo. Y mucho, pero que mucho tonto. De capirote, que es, de entre los de su género, el más osado.