Revista Cultura y Ocio
Muchas veces se nos ha hecho creer que el problema de la satisfacción está en perfeccionar el amor o en encontrar el amor ideal, películas suaves como "Del amor y otras drogas", " A primera vista", "Una novia para dos" o casos más complejos como "American Beauty", Leyendas de Pasión", "Hierro 3", "Vicky, Cristina, Barcelona" y hasta narraciones tan profundas como "No te mueras sin decirme a donde vas", "Instinto básico", "La pianista" o "Lunas de hiel" apenas si lograr fondear el límite que existe entre los deseos irrefrenables, la tensión sexual y el trastorno.
Shame es una película que va más allá de todo lo posible en este tema, su tesis es la vergüenza. Steve McQueen logra escudriñar con la linterna de lo atroz en uno de los temas más sensibles y más practicados por todos los seres humanos; No se trata de una película pronográfica, hasta las escenas sexuales producen en el espectador cierta compasión, cierta perplejidad de amparo y lástima. Michael Fassnevereder hace una actuación brutal, llega a profundizar tanto en la interpretación de su personaje que uno termina por sentir que ese ser existe con su martirio y que divaga entre ese odio a así mismo y la desesperada búsqueda por encontrar un alivio.
La banda sonora es genial, hecha por Harry Scott, no anega de esa misma desesperación que habita en cada personaje. Como todas las películas de Steve McQueen esta, es genial. hay que ver también el genio de Michael Fassnevereder y la delicada fotografía abrumadora y crepuscular que nos obsequia el alma de esta desgarradora película.