Michael Fassbender se ha convertido en uno de los rostros conocidos de la pantalla en estos últimos tiempos, algo que en gran parte debe a haber sido Magneto en “X-Men: Primera Generación” y también a su aparición en “Prometheus” en uno de los papeles protagonistas y de mayor calado de la película. Además de sus atractivas facciones y su intensa mirada está sin duda su gran capacidad interpretativa que le permite ser un hombre atravesando el camino a ser un completo villano, a un robot sin sentimientos o un ejecutivo con un terrible adicción al sexo.
Este es el personaje que nos presenta Steve McQueen que dirige y guioniza en “Shame”, juntado de nuevo su camino con el protagonista que también trabajó con él en “Hunger”. Una persona que bajo su honesta fachada esconde una mente desequilibrada, una actitud opresiva que convierte toda su vida en una mentira ante un demonio interno con el que no es capaz siquiera de aguantar un miserable asalto.
La adicción que tiene por el fornicio hace que sea imposible el que tenga una sola relación sana, recurriendo a los servicios de profesionales e intentando seducir a desconocidas, algo que a veces sale bien y otras bien le pueden costar una paliza pero que realmente no llegan a hacerle daño en su atormentada alma, y es que las heridas que recorren su cara no son más que una muestra de las mucho más profundas que hay dentro de su mente.
Pero si tras la puerta se esconde un demonio es todavía peor cuando sin previo aviso su hermana hace aparición, interpretada por la preciosa y talentosa Carey Mulligan, se mete de lleno en su vida sin un motivo concreto. Este es uno de los puntos claves de la película, sirve en cierta forma para dejar claro que el protagonista tiene un lado bondadoso y algo humano más allá de su droga aunque también gracias a esto se nos da uno de los momentos más extremos de toda la película y de forma innegable el más aterrador de todos.
La brutal forma de tratar a los personajes nos hace estar incómodos todo el tiempo. La sincera honestidad es de agradecer y no se intenta maquillar nada en absoluto, son reales igual que cada uno de nosotros y por eso mismo están llenos de sombras, de esos lugares oscuros que todos intentamos que permanezcan ocultos ante la vergüenza que sentiríamos si se descubrieran.
Steve McQueen firma un muy trabajo que consigue a la perfección lo que su título promete.
Doc Pastor
Periodista/Fotógrafo. Cine, cómic y lo que toque. Director Editorial de Ruta 42 y La Encuadre. Coleo por más sitios. Mi perrito se llama Loki.
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