Durante el viaje a Hong Kong en 2009 ya vivimos esta sensación y así lo expresé aquí en el blog, pero en Shanghai las diferencias se hacen aun más evidentes. Un lugar, donde al capitalismo más voraz se le llama comunismo, donde Oriente y Occidente se funden entre grandes avenidas abarrotadas de coches y estrechas callejuelas donde las costumbres apenas han cambiado.
Pudong desde el Bund
En una calle cualquiera
Pasear por el Bund es como si de repente te trasladaras a la Europa más floreciente, donde lucen bellamente restaurados los mejores edificios de la etapa colonial. Este aire europeo también se respira en el barrio de la Concesión Francesa con su arquitectura de los años 30.Los rascacielos más altos cubiertos de impactantes carteles publicitarios los encontramos en el distrito de Pudong, el mayor centro financiero y comercial de China, símbolo del poder de un país dispuesto a convertirse en la mayor potencia mundial.Unos dos kilómetros al sur del Bund está la ciudad vieja, conocida como Old Shanghai, un entramado de calles y pequeños comercios que a pesar de ser una de las zonas que concentran más afluencia de turistas ha sabido mantener el carácter del Shanghai de hace algunas décadas donde aun no había hecho acto de presencia ningún rascacielos.Así pues y ordenando un poco las ideas, encontramos cuatro zonas bien diferenciadas a las que merece la pena dedicarles un buen rato: La ciudad vieja, el Bund, la Concesión Francesa y Pudong. Por supuesto que una ciudad tan enorme tiene infinitos lugares para ver y es cuestión de ir descubriéndolos olvidándose de mapas y de rutas prefijadas, pero considero que en un primer viaje esas cuatro piezas del puzzle sirven para darnos una idea de lo que Shanghai fue, es y será.
Ciudad Vieja (Old Shanghai)Es el Shanghai más tradicional. Muchas de las viejas casas se han acondicionado y están llenas de comercios destinados a los turistas que buscan en estas abarrotadas calles la esencia de lo que fue en el pasado. Aunque hay rincones preciosos donde poder admirar la arquitectura típica, es difícil encontrar aquí la vida tradicional. De hecho, sólo hace falta alejarse un poco para encontrar ropa tendida, polluelos correteando, mercados, gente paseando en pijama o las mujeres cocinando en la calle.
Escenas de Shanghai
Old Shanghai
Jardines Yùyuán
Jardines Yùyuán
La Concesión Francesa
Si no os importa caminar, de Old Shanghai a la Concesión Francesa se puede ir perfectamente andando. Se centra en dos áreas, Xintiandi y Tiánzifáng. La primera es más residencial con calles arboladas y casas bajas de bonitas fachadas pero también repleta de restaurantes, bares y locales de ocio.Es también una zona histórica y su nombre nos indica que por allí anduvieron los franceses. Así fue, durante casi un siglo (de 1849 a 1946) esta parte de la ciudad fue gobernada por los franceses como una provincia más de Francia después de ocuparla tras ganar la II Guerra del Opio.
Típica arquitectura en la Concesión Francesa
Sede del Primer Congreso Nacional del Partido Comunista Chino
Muy cerca tenemos la oportunidad de visitar otra shíkùmén y trasladarnos por unos momentos a la forma de vida de este Shanghai colonial. Es una casa - museo de diez habitaciones muy bien ambientada, con todo el mobiliario y elementos decorativos de la época.El Bund
Los británicos dieron este nombre al malecón de la ciudad a orillas del río Huangpu. Tras la Guerra del Opio se establecieron en esta parte fuera de la zona amurallada donde vivía la población china.
Vista del Bund desde Pudong
Los ingleses desarrollaron desde aquí su actividad comercial e industrial y la prosperidad alcanzada llevó a construir magníficos edificios que perfilaron el paseo más emblemático y elegante de la ciudad. Paralelamente, se convirtió en el mayor centro financiero de Asia y los grandes bancos franceses, alemanes o ingleses competían en grandiosidad. El único banco chino de esta calle es el Banco de China que tuvo que aceptar la imposición británica de no sobrepasar en altura a ninguna de las entidades inglesas. Por lo visto, era un reducto vedado a los chinos y el cartel de “prohibida la entrada a los chinos y a los perros” se encontraba en el Parque Huangpu.El Bund se inicia en el puente Baidu y se alarga un kilómetro y medio paralelo al curso del río. A lo largo de este recorrido se pueden contar hasta 52 edificios de diferentes estilos pero siempre siguiendo la tendencia europea de la época.Más vistas del Bund desde el paseo de Pudong:
Bajar por la concurrida calle Nanjing hasta el Bund y esperar que caiga la noche es una buena idea, la iluminación de los edificios coloniales es perfecta. De todos modos, para admirar todo el conjunto es mejor hacerlo desde la orilla opuesta, desde Pudong. Y, lógicamente, es desde el paseo del Bund donde se consigue la mejor imagen de Pudong. Frente a frente, separados por el río, dos caras de Shanghai.Pudong
Pudong significa “ribera del este” ya que hasta 1990 Shanghai se extendía tan sólo en la parte oeste del río. Desde entonces, esta zona se ha desarrollado de una forma muy rápida y los rascacielos van apareciendo como champiñones, convirtiéndose en la zona financiera más importante de China, de Asia y quizás del Planeta. Estos rascacielos cubiertos de paneles publicitaros y luces de neón, se han convertido en una de las imágenes más fotografiadas de la ciudad y que ofrece la visión más cosmopolita. Destacan la Torre Perla de Oriente que es una torre de televisión y un mirador. En altura le supera el Shanghai World Financial Center que tiene el mirador más alto del mundo.
Pudong desde el Bund
El paseo que se extiende a orillas del río es una zona muy agradable para pasear, llena de pequeños restaurantes y bares y no tan llena de gente como el Bund, que desde aquí se puede admirar con más tranquilidad. Tras varias décadas de austeridad comunista, Shanghai parece querer recuperar el esplendor de aquellos años 1920 y 1930 donde el dinero todo lo hacía posible. Pero junto con este Shanghai futurista convive una ciudad tradicional que mantiene sus costumbres y su modo de vida.
Los modernos centros comerciales contrastan con los mercados y tiendas más tradicionales