Revista Cine
Director: Spike Lee
Y volvemos con las películas de Spike Lee, pero sólo hasta el viernes. "She's Gotta Have It", que es su opera prima, no estaba en mis planes pero me enteré que el 23 de noviembre se estrenará, por Netflix (santo dios, quién diría que Spike Lee sería un vendido), una serie basada en esta película, y pensé que no estaría mal darle un visionado, a ver qué tal, sí o no. Además es su opera prima y siempre es interesante ver cómo se las gastaron los destacados directores en sus respectivos debuts.
Primero que todo, "She's Gotta Have It" es casi una producción familiar: escribe, dirige y edita Spike Lee; su padre, Bill Lee, compuso la bella banda sonora, además de interpretar brevemente al padre de la protagonista; Joie Lee, hermana de Spike, interpreta a la amiga de la protagonista; y además recuerdo haber visto otros Lee en los créditos finales, aunque bien podrían ser seudónimos.
La opera prima de Spike Lee es una simpática e interesante comedia que habla tanto de las dinámicas sociales entre hombres y mujeres como de, digamos, el ser negro y los tipos de negros que chocan constantemente entre sí. La protagonista es Nola Darling, joven segura de sí misma que no depende de nadie aunque, eso sí, le gusta tener mucho sexo y actualmente tiene tres novios, disímiles entre sí, con quienes irá sorteando distintos problemas cuando cada uno de ellos comience a demandarle más decisiones y reprocharle sus supuestos defectos. Lo de los tipos de negros, que es algo secundario dentro del conjunto, no es difícil de notar: uno de ellos, el interpretado por Spike Lee, es el típico hermano de ropa abultada, harto bling bling, cadenas de oro, costosas zapatillas marca Nike (nothing is impossible... espero que alguien me pague por ello), jerga de la calle, que interpreta su color de piel no como color de piel sino que como estilo e incluso filosofía de vida, algo que se elige y que se hace notar al resto de desgraciados no-negros; el segundo es, por decirlo de alguna manera, el negro refinado que reniega de sus orígenes en Brooklyn o el Bronx para darse la buena vida en Manhattan (lo que no tiene nada de malo per sé) y que, a ojos de otros negros, no es un verdadero negro sino que un blanco de piel oscura; y el tercero, finalmente, a mis ojos parece ser el más "normal", el que está al tanto de las dificultades de los suyos, de la historia, pero que vive su vida sin convertir o reducir lo anterior en una mera imagen. Desde luego no hay muchas simpatías entre los tres, no sólo porque comparten la misma mujer sino que debido a que comparten la misma mujer "con ese... maldito ignorante salido de un ghetto... maldito pseudo negro pedante... etcétera". No obstante, estos tres sujetos son más: a los ojos de Nola Darling son, en el mismo orden, un hombre divertido y agradable pero inmaduro, quien la aprecia sólo por su cuerpo y sus, digamos, habilidades amatorias; un sujeto interesante pero extremadamente superficial e hipócrita, quien sólo la apreciaría como esposa trofeo; y, finalmente, el más "normal", el más "buen tipo", pero también el más inseguro, el más posesivo, el más exigente y demandante. En el fondo, los tres son sujetos que le impiden a Nola Darling ser la Nola Darling que quiere ser, que la quieren encasillar en un rígido prototipo que se acomode a sus propias necesidades masculinas. Ésta es la dimensión principal: la dimensión feminista, porque "She's Gotta Have It" es un certero tratado feminista.
La película gira en torno a Nola Darling, figura central sobre la que se vierten multitud de opiniones provenientes de toda clase de personajes, y que habla de sus gustos, de cómo vive su sexualidad, su vida personal, ese tipo de cosas, mientras es o cuestionada y reprochada o defendida y apoyada; desde luego, Nola Darling pasa a ser un símbolo, una voz, de una serie de problemáticas que afectan a las mujeres en general. En este sentido, y no sé si soy alguien para hacer semejante afirmación, pienso que la opera prima de Spike Lee es una película muy adelantada que se desmarca de la comodidad de su tiempo para hacerla despertar y pensar (a diferencia de hoy, lleno de oportunistas) y que, como toda buena película de Lee, además goza de gran agudeza en la mirada, precisión y franqueza en el tratamiento, excelente construcción de personajes y temas, tópicos, conflictos, esa indudable capacidad para hacer que lo subyacente se muestre a flor de piel y, por si fuera poco, una personalísima puesta en escena marca de la casa, nunca esquemática, siempre vibrante, nunca timorata, siempre atrevida y valiente... No es que vayan a ver la octava maravilla, pero vaya que se nota, y aprecia, cuando las imágenes que vemos vienen con una intención de fondo, la intención de alguien que no se acomoda a una o dos técnicas narrativas, sino que explora cuál es la mejor manera para expresar sus ideas. Y ojo, que dura ochenta minutos. ¿Una película de Spike Lee de ochenta minutos? Créanlo, oh sí, créanlo.
Totalmente recomendable, y necesaria, es "She's Gotta Have It". Me sorprende que no se hable tanto de esta excelente película.