Lo tiraron por encima de la valla del refugio cuando no había nadie allí. No se preocuparon que este galgo larguirucho se podía romper las patas, pues la valla mide 2 metros, ni que los perros grandes que están sueltos le podían atacar. Simplemente lo tiraron y se fueron… Por suerte ni se rompió las patas, ni los perros, más nobles que las personas que lo abandonaron, le hicieron nada. Sheldon pasó a formar parte de nuestra gran familia.
Pero por desgracia el refugio es un lugar donde vivir es muy duro y más para un perro tan enfermo como Sheldon. Las inclemencias del tiempo, frío suelo de la jaula, no permitían a este precioso galgo recuperarse. Estuvo ingresado dos veces con deshidratación y al volver al refugio siempre empeoraba… Finalmente una casa de acogida decidió darle una oportunidad para que se recuperara. Así que ahora está en casa, protegido tanto de frío como de calor, bañado una vez cada tres días, que es como su piel lo exige por ahora, bien alimentado con pollo, arroz y pienso para que pueda coger peso y recuperar su vitalidad. Sheldon pasa mucho tiempo durmiendo, a menudo tiembla de frío y hay que taparlo con una manta, pero está más que agradecido a este cambio en su vida.
Se lleva bien con otros perros y perfectamente con gatos. Es muy muy cuidadoso con los gatitos pequeños que conviven con él. No tiene instinto de caza, no marca el territorio y por la calle va siempre al lado y sin tirar de la correa. Es noble y bonachón. Tiene unos dos o tres años y mide 65 cm. Necesita una oportunidad, personas que de verdad lo quieran…
Contacto: [email protected]
Lugar: Granada y se envía.
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