Año: 2011.
Género: Acción, Aventuras, Suspenso.
País: Estados Unidos.
Duración: 129 minutos.
Dirección: Guy Ritchie.
Intérpretes: Robert Downey Jr, Jude Law, Noomi Rapace, Rachel McAdams, Jarred Harris, Stephen Fry, Kelly Reilly, Paul Anderson.
"Sherlock Holmes ha sido siempre el hombre más listo en la escena…hasta ahora. Hay un nueva mente brillante en el crimen, el Profesor Moriarty, y no solo es comparable a Holmes en su genialidad intelectual, sino además en su habilidad para hacer el mal, que en combinación con su completa falta de conciencia, puede ser una gran ventaja sobre el renombrado detective Holmes."
Tras el rotundo éxito de Sherlock Holmes, era impensable tanto para la Warner Bros. como para la nuevamente borboteante carrera fílmica de Guy ritchie que una secuela del renovado y renombrado detective inglés era el camino a seguir. Y así, exactamente dos años después del estreno de la primera entrega llega Sherlock Holmes: Juego de Sombras, un título que intenta emular el relámpago de éxito alcanzado anteriormente pero, broma impuesta ante todo, queda bajo la sombra de la original.
En un pequeño gran prólogo, Juego de Sombras nos remite a los viejos personajes y al nuevo villano, un sujero silencioso pero letal, con el que no se juega. Lo curioso tambien es que, ya desde temprano reaparece, los trucos que parecían novedosos en la primera entrega se notan reutilizados y cansinos en la secuela; hablo, si, de esos momentos en los que Sherlock anticipa los movimientos de sus oponentes para luego despacharlos con absoluta presteza y sin mayores inconvenientes. Una vez estuvo bueno, pero reutilizarlos de una forma escasamente inspirada lastima al misticismo del personaje.
Y si hablamos de inspiración, tenemos que hablar del guión, pergreñado a cuatro manos por el matrimonio de Kieran y Michele Mulroney (directores y guionistas de Paper Man) Si bien a muchas películas se la critica por la falta de profundidad en su historia, en Juego de Sombras hay un exceso notable y un intento casi desesperado por hacer de esta secuela más sesuda, inteligente y meticulosa que la anterior. Valiendose de tantas vueltas y giros de situaciones que terminan cansando al espectador, lo que logran es que uno se entregue desesperanzado a aquella recapitulación final en donde toda la tramoya del villano queda al descubierto por nuestro detective favorito.
No todo está perdido en esta espectacular secuela, ya que dos factores potentes en la primera entrega regresan con más fuerza que nunca. Primeramente, el elenco, a la cabeza de un imparable Robert Downey Jr. que entre Robert Stark y Sherlock parece haber entrado en su segunda Época de Oro, seguido del siempre solvente Jude Law, y las féminas previamente vistas, como las pequeñas participaciones de Rachel McAdams y Kelly Reilly, sirven para volver a ese gustito conocido de la primera; mientras tanto, de las tres nuevas incorporaciones, tan sólo 2 funcionan con efectividad, como es el caso del villano Profesor Moriarty de Jarred Harris o la aguerida gitana Simza de una de mis favoritas, Noomi Rapace. Quien aparece desdibujado y hasta descartable es Mycroft Holmes, el hermano de Sherlock interpretado por un actor de talla como lo es Stephen Fry; su papel es tan vacío que practicamente se podría haberlo omitido y la película no se vería afectada en los más mínimo.
Rondando las casi dos horas de metraje completas, Juego de Sombras tiene sus escollos en donde la acción brilla por su ausencia, pero son fácilmente evadidos por la dirección inquieta de Guy Ritchie, quien sigue con esos impulsos casi infantiles de utilizar el recurso de la cámara lenta exprimido al máximo, hecho que provoca escenas impresionantes como el escape por el bosque u otros momentos más. Ritchie le pone ganas y su trabajo es más que consistente y loable.
Sherlock Holmes: Juego de Sombras se perfilaba como una potente secuela para una genial película, pero el haber apurado el producto quizás haya perjudicado al proyecto; aún a pesar de una historia no tan clara como la anterior, la excelencia del elenco y del director hacen repuntar una película alicaída y la transforman en algo digno de ver. La puerta abierta a una tercera entrega, asegurada.
Calificación: B