Entrada publicada originalmente en la desaparecida web Terror.Team
Tal vez recordéis el capítulo de Los Simpsons en el que la familia iba al cine a ver una nueva película de "Cosmic Wars" (evidente trasunto de Star Wars). El chiste de aquel capítulo se basaba en parodiar la película mostrándola como una interminable discusión política en un congreso galáctico. Todo bla, bla, bla y nada de acción. El personaje friki del vendedor de la tienda de cómics decía al terminar la peli algo así como "la peor Cosmic Wars de la historia. Sólo la veré 3 veces más..hoy." Pues bien, Shin Godzilla (también conocida como Godzilla: Resurgence) es exactamente eso, una sucesión de escenas de gente hablando, con unas pocas secuencias de Godzilla causando destrucción. La buena noticia es que solo necesita un único visionado para convencer.*
Los directores Hideaki Anno y Shinji Higuchi (ambos con amplia experiencia en el mundo del anime, y el segundo en la edición de FX) han logrado algo inaudito. Conseguir que una película cuyo 90% de metraje consiste en políticos discutiendo sea una gran película de acción. ¿Cómo se hace esto? Pues gracias a un trabajo de montaje espectacular, que dota a la cinta de un ritmo frenético de inicio, trasladando el tono de una película de acción a las diatribas de despacho entre gobernantes, políticos, asesores y especialistas científicos. Evidentemente, esto funciona gracias a las intenciones paródicas de la película que subyacen bajo una de las más lúcidas críticas al sistema burocrático instalado en la civilización moderna que hayamos podido ver en cine. Shin Godzilla es casi una obra de Kafka, en la que los innumerables intermediarios y papeleos convierten en una verdadera odisea ejecutar cualquier orden. Sin duda, hacer que esto sea interesante y divertido para el espectador tiene un gran mérito.
De Godzilla se ha dicho que el monstruo llegaba a representar "una nueva esperanza para un país devastado y sumiso a potencias extranjeras". Me parece una aseveración bastante acertada, pues bastante de ello hay en Shin Godzilla. Una vez más, la máxima autoridad queda retratada de un modo patético, llegando en esta ocasión a poner todo Tokio en manos de los americanos en una serie de decisiones risibles. Parece mentira que una gente que ha producido decenas de películas sobre monstruos gigantes no sepa cómo tratar la aparición de uno de ellos (comentario sarcástico).
Pero, aunque no lo parezca, estamos en una peli de Gojira (por cierto, impagable la puyita de los japoneses a cómo los americanos han bautizado a su monstruo), y aquí hemos venido a ver al célebre kaiju. Las apariciones de Godzilla, aunque sean menos de las que nos gustaría, me resultan realmente espectaculares. Lejos de los diseños más "realistas" que han querido dar las versiones americanas del personaje, aquí tenemos a un Godzilla clásico, con un aspecto cambiante durante la película (tiene su explicación en la trama) pero bastante fiel a su diseño original. Hay que decir que esta vez se ha optado por recrear al monstruo digitalmente, pero siguiendo de manera fiel la línea estética creada por las primeras películas. Es por ello que para disfrutar plenamente Shin Godzilla antes hay que aceptar y comulgar con este monstruo menos realista pero más clásico. Dejando esto claro, puedo decir que me alucinó la primera aparición del monstruo en la película, tanto por su aspecto como por su sorprendente comportamiento reptante, que me parece una genialidad. Las secuencias en las que Godzilla se cabrea y comienza a atacar con fuego deberían enmarcarse como unas de las mejores escenas de destrucción dentro del género.
En la parte negativa tenemos un exceso de metraje que termina pesando un poco durante la segunda mitad de película. Creo que quitando unos 15 o 20 minutos, la cinta hubiera quedado redonda. Además, pese al fino humor negro que encontramos, hay algunos momentos durante el tramo final que parecen más panfletarios que otra cosa, lo cual desentona con el resto del filme.
En el reparto encontramos a un amplio plantel de actores que se reparten los minutos en pantalla casi de manera equitativa, sin que haya un protagonista al modo clásico. Entre tal multitud de rostros poco conocidos para el público occidental, me hizo especial gracia encontrar a Jun Kunimura, actor al que pudimos ver en El Extraño (The Wailing, 2016).
Estamos ante una película un tanto atípica, una especie de remake de la película original que basa el grueso de su metraje en farragosas confrontaciones burocráticas y que, a pesar de ello, logra salir victoriosa. No soy muy experto en Godzilla, pero teniendo unas nociones básicas del personaje creo que Shin Godzilla merece estar por méritos propios entre las mejores películas de la saga del mítico monstruo.
*Todo lo escrito arriba es absolutamente sincero, pero he de decir que es posible que haya gente a la que no le guste la película. Me baso para ello en las declaraciones de mi esposa al salir del cine, que transcribo literalmente: "creo que no he visto una cosa peor en toda mi vida".