Shinova llegaron al Movistar Arena para demostrar que tienen mucho que decirnos de cara al futuro y para despedir su actual gira, una noche para recordar. El tener a Shinova en el escenario del Movistar Arena es el resultado de un trabajo durante los años y como demostración del amor que le tiene su público. Los invitados, el repertorio y la puesta en escena fueron clave para esta jornada. La banda está evolucionando, está cambiando pequeños detalles y siendo una banda muy carismática.
Pasadas las 21:00 empezaba el concierto donde previamente los djs Popi & Sito hicieron las delicias a los asistentes y nos trasladador a la Plaza de la Sal. Lo cierto es que desde los primeros acordes y la introducción la banda salió a conquistar el escenario, en Lobos todo empezó y pudimos ver a Gabriel con la bandera y dando la bienvenida a la gente, un inicio de show enérgico para un quinteto que ha estado trabajando muchas horas este concierto (como comentaban en la entrevista). Acto seguido era el momento de Gloria, El Álbum y Niña Kamikaze, son cuatro canciones muy especiales para los fans y cuatro propuestas llenas de fuerza con las que empezaron y con las que el público entró en calor, haciendo que todo fuera tan especial como siempre. En este momento de la banda, en su final de gira el respaldo instrumental a la parte vocal y a su propia personalidad. El concierto seguiría con Para cambiar el mundo, una de esas canciones con las que muchos asistentes se hermanaron y acto seguido aparecería Gisme de Ultraligera para interpretar No cambiaria nada y un trocito de Europa mostrando esos lazos de unión entre las dos bandas; cabe destacar que la voz de Gisme encajó realmente bien en la canción de Shinova. El siguiente tema en solitario sería Alas que es una de esas canciones que no pueden faltar.
Acto seguido aparecería otra colaboración, era el turno de Manuel Colmenero que aparecería con un ukelele interpretando Ídolos (Los mejores momentos están por llegar), un guiño a ese trabajo en el estudio. Acto seguido era el turno de Rozalén y de Beatriz que interpretarían Volver y Vuelves en ese ejercicio de amor entre los dos proyectos, recordemos que Volver nació con esta colaboración y era uno de esos momentos llenos de emociones que no podían faltar. El concierto seguiría sin invitados (por el momento) con las canciones Mirlo Blanco, Berlín y Cartas de Navegación que marcaron un momento muy especial dado que son canciones muy queridas que empezaban a a marcar el final (por la hora), pero quedaba mucho más como Los días que vendrán donde colaboró Nina de Juan quién luego cantó Sargento de Hierro de su propio repertorio tocando la fibra a todos los asistentes, dos voces destinadas a seguir encontrándose más veces en el estudio y directo. Los dos siguientes temas de la banda fueron Todo gira y vuelve que es uno de sus últimos temas y Si no es contigo que dieron paso a un momento más íntimo.
Las canciones en cuestiones fueron Ovnis y Estrellas y Palabras, dos temas que este quinteto quiso interpretar en acústico en la pasarela con una especie de mirada más cercana a lo que puede pasar en la intimidad del local y que demostró que sin el sonido eléctrico tienen esa misma magia. Llegó el momento de que Tanxugueiras subieran al escenario para interpretar Movemento y una referencia más personal llevando al directo una unión que se plasmó en su momento en el estudio y de que acto seguido Shuarma interpretara Qué casualidad y Al Olvido antes de los tres últimos temas... estos fueron Antes de que todo acabe, La Sonrisa Intacta y Te debo una canción (con recuerdo a Tara) y el cierre con el agradecimiento a toda la gran familia de la banda (equipos de trabajo...). El fuego, confeti, los globos y el resto de escenografía completaron el directo de una banda que salieron (como siempre) a disfrutar junto a sus fans que cantaron y disfrutaron, se hermanaron, cuidaron unos de otros y se emocionaron.
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