Era imposible no ver el episodio de esta semana de Anatomía de Grey (11×21) y no escribir una entrada de ello.
Antes de seguir, evidentemente va a ver spoilers por lo que os recomiendo no seguir leyendo si no habéis llegado a dicho capitulo, y más importante aún, si no habéis visto la serie nunca, os la recomiendo... Hasta esta temporada.
Bien para los que os quedáis a leer, compartir conmigo esta desgracia.
Como ya sabréis, Derek, uno de los personajes más icónicos de la serie, ha fallecido. Y con él, la mejor pareja que ha habido en la televisión (con el permiso de Ross y Rachel de Friends). Sin mencionar la química tan buena que hay entre los dos actores, difícil de mejorar.
Os confesaré que no soy de las que lloran, me cuesta, tanto en ciencia ficción como en la vida real, pero este capítulo me ha dejado seca. Soy consciente de que no es real, de que sólo es una serie... ¿Pero de verdad era necesario joder toda una serie (hasta ahora de mis preferidas) de esta manera?
Sí, vale, se veía venir, lo habían dejado muy claro con su escasa participación en esta temporada, (añadiendo que Patrick Dempsey ya avisó de que quería dejarla). Primero nos aceleraron el pulso con la posibilidad de que Derek, nuestro Derek del alma: egocéntrico, galán, mejor persona... Iba a engañar a Meredith, su verdadero y único amor (sí sé que suena a cuento de hadas, dulces de leche y mucho cine Disney, pero a veces hay que tener algo de romanticismo en esta vida, y si es con una historia que para mí narra, excepcionalmente bien, una relación de pareja o de lo que debería ser una relación de pareja, mejor que mejor). Después de descubrir que Derek sigue siendo el mismo del que nos enamoramos desde el principio (incluso después de saber que tenía mujer, pedazo de WTF telenovesco que nos dieron allá en la segunda temporada. Que tiempos...), nos dejan con una despedida de lo más premonitoria, Derek despidiéndose de Meredith a cámara lenta. ¡¡Vamos, hombre!! ¡Está claro que se lo van a cargar! Pero me dio igual, me dije, no, no pueden ser tan hijos de... ¡No! Le darán otra salida, algo así como que se quede en coma y cuando Ellen Pompeo (Meredith) quiera salir de la serie, éste despierte y se vayan juntos. Algo, debía haber algo que le salvara, es Derek, por el amor de Dios, han sobrevivido a todo... Menos a esto.
Derek muere, y muere mal. Muere como un héroe, sí, salvando a personas, lo que mejor hacía, y puede que esa fuese una muerte digna para este personaje, pero os juro que mientras lo veía estaba removiéndome en mi asiento enfadada, pues muere por la incompetencia de unos médicos, de unos cirujanos. Y quizás esto sea lo más real de todo.
Cuando Meredith decide desconectarle, bajo recuerdos de lo que fueron como pareja, el drama está servido. Duele, duele porque son once años (se dice pronto) viendo una serie que te ha dado mucho y que de buenas a primeras se carga al mejor personaje que tenían, y es que Shonda Rhimes, creadora de la serie, parece que no quiere dejar a nadie con cabeza.
Me ha gustado un twit que leí, ponía algo así como: << ¿Quién ha matado a más personajes George R.R. Martin o Shonda Rhimes?>>. Y sin duda gana Rhimes, en cuanto a personajes importantes se refiere (al menos de momento). Denny Duquete (que a mí me gustaba, pese a lo poco que salió), Ellis Grey, George, el tiroteo que asoló el hospital y que se deshizo de algunos personajes poco atractivos para el público, Lexie, Mark... Aunque particularmente ninguno duele tanto como Derek.
Cada vez quedan menos personajes de los inicios de la serie: Alex, Meredith y alguno más. Yo me andaría con ojo, sobre todo si eres cercano a Meredith, porque esta chica vive en la desgracia continua. No sé que le falta ya, ¿padecer alzhéimer? Ya puestos...
En fin, no sé qué será de la serie a partir de ahora, pero estoy segura de que no será lo mismo. Siento decirlo, pero Shonda, la has cagado.
¡Derek te echaremos de menos!.