Showy nació a principios de 2019 y surgió de una tormenta de ideas en el whatsapp, en la que Alexandra Black, Begoña Gambín y yo, hablábamos de cómo enfocar una escena de mi novela. Entre risas, propuestas y tonterías varias, se fue perfilando Showy y su aparición.
Aprovecho para dar las gracias a Alexandra por permitirme perder a sus gatitos (Holy y Snow) y a Begoña, por dejar que fuera su Margaret la que decidiera ayudar a la señora Crown a buscar a los mininos. Fue de esa manera como la perrita apareció en las vidas de Lorianne y el señor Worth.
Sin pretenderlo, Showy se convirtió en parte fundamental de la historia, propiciando, como digo, el romance entre mis chicos. He disfrutado muchísimo con su presencia en la novela y le he cogido tanto cariño como al resto de los personajes de MV. De hecho, creo que todas las autoras (en mayor o menor medida), ya se han acostumbrado a pensar en Nerian con la perra siempre pegada a sus talones.
Es la primera vez que incluyo un animal en el reparto de una de mis novelas (bueno, hay un gato que sale en otra, pero solo de pasada, un mero figurante jejeje) y me ha gustado, aunque reconozco que, sin llegar a ser difícil, tampoco ha sido coser y cantar, porque hubo momentos en los que me centraba en la pareja y me olvidaba de que la perra estaba con ellos y no podía ignorarla sin más, otros en los que sin darme cuenta, le daba más protagonismo a ella del que correspondía… pero creo que, al final, conseguí un buen equilibro con la presencia del animal.
Ana F. Malory