Si alguna vez soñaste que todo el mundo pueda tener libertad de culto, sea el que sea, que ninguna religión tuviera el más mínimo privilegio sobre las demás y pudieran convivir todas ellas dentro del respeto, que los profesores de religión los pagasen de su soldada las distintas confesiones y nunca el Estado, que la religión salga de la escuela pública y la educación deje de ser un adoctrinamiento, que los símbolos religiosos abandonen los lugares públicos como juzgados, colegios, administración, y demás, estás de mala suerte, porque además de ser un nazi consumado, al parecer no se puede y es incompatible con una democracia.
Y yo que lo creía Libertad.