Revista Cultura y Ocio

Si bwana

Publicado el 27 enero 2015 por Icastico

La mayoría casi absoluta de Syriza en las elecciones de Grecia da pie a infinidad de interpretaciones y escenarios posibles, alguno incluso que contemple ruido de sables. Parece que la democracia lo es más cuando gana la derecha insana, que el pueblo es más sabio cuando se decanta por esa opción, es soberano, a juzgar por las opiniones de sus jubilosos representantes. Están acostumbrados a ganar siempre, porque aun perdiendo no dejan de seguir ganando. Primero yo, después yo y si sobra algo para mí. Pero cuando vence una alternativa contraria a sus intereses desatan toda la furia del mal perdedor, del chico malcriado, autoritario, caprichoso, consentido, del demócrata con piel de Floriano. Del matón. La democracia pasa entonces a estar en peligro, los usurpadores son radicales, comunistas, bolcheviques o caribeños; el pueblo ya no es sabio sino necio y ha sido engañado. La culpa es de los que (ya) no tienen nada que perder, excepto la dignidad, por creer a los que prometen algo, aunque sea un gramo de esperanza, y que para los rancios de corazón es tráfico de populismo. La culpa es de las víctimas del terrorismo financiero y especulativo por no poner cien veces las dos mejillas y unas cuantas el ojete, por no besar la mano del bwana, por no perdonar a los maltratadores. De los desagradecidos.

Grecia es o era el laboratorio del austericidio, solo el 2% del PIB europeo, solo 11 millones de habitantes. En el nuevo pulso que se avecina pueden ser masacrados sin piedad, como un cortafuego, para evitar el contagio a España, Portugal, Irlanda e Italia, vamos, los PIGS; una especie de peste porcina financiera. De entrada, una postura blanda con los intereses griegos daría alas a la tendencia que pretenden cortar de cuajo, convirtiendo la victoria de Syriza en un ejemplo a seguir por los países del sur. Estos, “avisados”, si se consuma la “venganza”, podrían rendirse definitivamente o rebelarse y quemar un segundo cartucho, por solidaridad, como apuesta, que es en lo que estamos, tal como han hecho primero los helenos. Un giro más global. Por aquello tan manido de que España no es Grecia y viceversa, el efecto dominó sería imprevisible, TODOS tendríamos mucho que perder, no únicamente los de siempre. Esto a groso modo, visto por un neófito como yo, porque es muy posible que la ruta esté diseñada desde hace tiempo y definidos todos los pasos, que ahí están las formaciones de extrema derecha, de corte nazi y demás, tomando buenas posiciones y prestas a ser utilizadas por el poder cuando haga falta. Véase lo que está pasando en Ucrania. O véase cómo los atentados yihadistas de París, de falsa o verdadera bandera, contribuyen a coser los odios dispersos.

Aquí la guerra por corregir el rumbo va a ser, ya está siendo, librada en las letrinas de la indecencia. Capitán Plasma abandona su refugio y recupera la locuacidad electoral, tan vacua como falsa, tan anodina como insultante. Tan populista. Tan babosa. Ha decidido ir casa por casa, las que no tienen orden de desahucio, las que no son de los fondos buitre (pagadas antes con dinero público), las que albergan gente crédula, quizás de nuevas generaciones. Casa por casa, claro está, es video por video, canal por canal, a “someterse” a entrevistas a medida, como los trajes de Camps, tan alérgicas a las lupas o a preguntas inoportunas. Un presidente en conserva. La valentía, el ardor guerrero, no da para más. No hacen falta gobernantes valientes, solo lacayos cobardes, sin escrúpulos. Sinvergüenzas.

Gracias a Podemos, y a los cafres de su casta, los españoles estamos asistiendo a un cursillo de fraude, de incompatibilidad y de la importancia que puede tener un papelito en una España de sobres, de tarjetas black, de sedes pagadas en B, de partidos con todos sus tesoreros imputados ante la sorpresa de su presidente y secretario general (veinte años en la inopia), de 3400 millones de euros perdonados a las eléctricas a pagar en incómodos plazos de 430 € al año por familia durante 30 años, de “redes sociales” como Gürtel y otras Púnicas, de un montón de causas mayores que van a menores por la colaboración de fiscales mercenarios a la fuerza, de puertas giratorias legales, de cuentas en Suiza, de bancos y autopistas rescatadas, del chorizo al indulto (riquísimo), de mamandurrias de verdad, de etcétera etcétera y así sucesivamente hasta llegar a una deuda cercana al 100% del PIB. Un cursillo impartido por profesionales con master en esas cosas. Esos son quienes pretenden dar lecciones.

Gracias a Podemos llegaremos a la conclusión de que en nuestro país no habría representación parlamentaria si se sometiera a todos los partidos bajo la misma la misma lupa y las mismas preguntas que a ellos les aplican. Gracias a Podemos hay trabajo para una legión de investigadores e inspectores a la caza de pecados veniales que puedan parecer tan mortales como quienes nos están matando. Es la industria de la sospecha. El show. Gracias a Podemos quieren que pensemos que la única alternativa válida es votar a los de siempre. ¡Qué simple!, bwana.


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