El amor es contagioso. Nadie lo pone en duda. Dejo un vídeo que ha dado la vuelta al mundo. Es una campaña promovida por Krizovatka, una organización checa que busca cambiar al mundo promocionando valores solidarios.
El vídeo no necesita palabras, porque aspira a ser universal, y las
palabras difieren de un país a otro. Por eso recurre a dos lenguajes que
sí son universales: la imagen y la música.
La imagen, sin duda, es lo más atractivo. Lo que vemos no es una historia: es una cadena de historias enlazadas por un gran tema: el amor. El eslogan final nos recuerda: “láskou a sluzbou spojujeme cesty” (El amor y el servicio abren nuevos caminos). En efecto, el amor es contagioso: es una medicina que todo lo cura, todo lo sana, todo lo vivifica; y, al mismo tiempo, es un virus que se contagia entre los seres humanos: nos lo transmitimos unos a otros cada día.
Todo comienza con la bondad de un niño. Un niño pequeño, introvertido y
de color, que se da cuenta de que puede ayudar a otro con solo tender su
mano. Su acción es vista por otra persona que se anima a dar a otro lo que ha experimentado. Y así empieza una cadena de servicios que parece no tener fin. La letra de la música creada por Noah and the Whale realza con fuerza extraordinaria estas imágenes inspiradoras: “Si das un poco de amor, puedes recibir amor para ti”. Una invitación a la solidaridad: “Da un poco de amor, ¡y verás lo que ocurre!”