Revista Opinión

Sí, Dios creó el mundo en seis días!

Por Beatriz
Sí, Dios creó el mundo en seis días!
autor: blog Agua Viva
El título de este post es bastante provocador. A simple vista parece la afirmación de un fundamentalista bíblico, que interpreta al pie de la letra olvidando el espíritu.
Sí, Dios creó el mundo en seis días!
Pero nuestro tiempo no es el tiempo de Dios.
San Pedro revela este misterio:
" Mas una cosa no podéis ignorar, queridos: que ante el Señor un día es como mil años y, mil años, como un día." (2 Pe 3, 8)
“Mil años para Ti son como un día, un ayer, un instante de la noche” (Salmo 89, 4).
Tampoco hay que interpretarlo al pie de la letra: 6 días = 6,000 años. Lo que se quiere enseñar es que nuestro tiempo no es igual al tiempo de Dios.
En 1909 la Pontificia Comisión Bíblica autorizó la traducción de la palabra hebrea yom por "período" en lugar de "día".
En este sentido la evolución es perfectamente compatible con nuestra fe.
Pero hay que diferenciar qué tipo de evolución: radical o mitigada.
La evolución radical es la que propone que toda vida, incluso la humana, procede de la evolución de la materia eterna y por sí misma existente sin intervención divina.
La evolución mitigada es la que propone que el cuerpo de Adán traería su origen del cuerpo de algún animal, el cual se habría desarrollado por una intervención singular y especial de Dios y exigiría la infusión del alma.
Esta evolución radical fue rechazada por la Iglesia en el Concilio Provincial de Colonia (1860):
"Los primeros padres fueron inmediatamente hechos por Dios. Por lo cual declaramos como completamente contraria a la Sagrada Escritura y a la fe la sentencia de aquellos que se atreven a decir que el hombre, por lo que respecta a su cuerpo, trajo su origen de la mutación espontánea de la naturaleza más imperfecta en esta naturaleza más perfecta por último adquirida"
Con estas palabras queda rechazada la evolución radical, mas no la evolución mitigada, que entonces no era conocida, y además no atribuye la evolución a la mutación espontánea de la naturaleza, sino a una intervención especial de Dios.
El Papa Pío XII en una alocución a los socios de la Pontificia Academia de las Ciencias dijo: "las múltiples investigaciones tanto de a paleontología como de la biología y morfología, sobre estos problemas tocantes a los orígenes del hombre, no han aportado hasta ahora nada de positivamente cierto y claro. No queda, por tanto, sino dejar al porvenir la respuesta a la pregunta de si un día la ciencia, podrá ofrecer resultados seguros y definitivos sobre punto tan importante" (D 2285)
En la encíclica "Humani Generis" dice que el magisterio de la Iglesia "no prohibe que...se trate, en las investigaciones y disputas de los entendidos en uno y otro campo, de la doctrina del evolucionismo, en cuanto busca el origen del cuerpo humano en una materia viva y preexistente -pues las almas nos manda la fe catóica sostener que son creadas inmediatamente por Dios-; pero de manera que con la debida gravedad, moderación y templanza se sopesen y examinen las razones de una y otra opinión" (D 2327)
El Papa Juan Pablo II señaló: “Pío XII había subrayado este punto esencial: si el cuerpo humano tiene su origen en la materia viva preexistente, el alma espiritual es inmediatamente creada por Dios (Enc. Humani Generis, AAS, vol. 42, p. 575). En consecuencia, las teorías de la evolución que, en función de las filosofías que las inspiran, consideran el espíritu como emergente de las fuerzas de la materia viva o como un simple epifenómeno de esta materia, son incompatibles con la verdad sobre el hombre” (nº 5).
En este tema del origen del hombre hay libertad de opinión. Se es perfectamente católico y creer en la evolución, como también si se cree que el cuerpo de Adán ha sido sacado del barro de la tierra por una intervención especial de Dios.
A la Iglesia no le compete emitir un juicio de carácter científico sobre algún asunto que esté siendo discutido en el ámbito de la ciencia. Como a la Ciencia tampoco le compete decir en qué momento fue infundida el alma intelectual o cómo. En el caso de la teoría de la evolución, la Iglesia ha adoptado una posición de prudencia, aguardando que los estudios alcancen un mayor desarrollo, con el convencimiento que entre Ciencia y Fe no puede haber contradicción, pues el mismo Dios que es el Autor de la naturaleza es también la Fuente de las verdades reveladas.
Benedicto XVI subrayó en Ratisbona que los cristianos creemos que el origen de toda la creación está en Dios ("Razón creadora"), y no en "la irracionalidad, que sin razón alguna, produce un cosmos ordenado de manera matemática, al hombre y a la razón".
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