Dentro de un mes -Diciembre de 2014- habrá una cumbre climática mundial en Perú. Por eso decidieron reunirse en Venezuela un grupo de países a fin de ir sintetizando los planteamientos que se llevaran a Lima.
El anfitrión de la apertura, el canciller venezolano Rafael Ramírez, prendió algunas alarmas: “No aceptaremos que los grandes países industrializados y sus corporaciones trasnacionales, luego de tener más de 100 años depredando nuestros recursos naturales, pretendan imponernos algún tipo de restricción al desarrollo de nuestros recursos…mercantilizar la discusión del cambio climático con el concepto de economía verde, que al final resultará en que los pueblos más pobres del planeta jamás tendrán el poder adquisitivo para acceder a la energía ni las posibilidades al desarrollo económico” (1).
Estas declaraciones se parece mucho a la exigencia de los países “en desarrollo” para poder contaminar su poquito, o mejor dicho, contaminar un poquito más, sin ser sancionados por el Protocolo de Kioto.
Kioto, este pacto mundial que casi arriba a la mayoría de edad, ha decido en las últimas reuniones, comenzar a establecer mecanismos de sanción para aquellas empresas cuyas chimeneas nos están llevando al borde de la extinción humana.
Como el sistema económico y social que domina en el planeta es el capitalista, la sanción es hija a imagen y semejanza de su padre. Expliquemos un poco más a que nos referimos.
A cada país le han asignado una cuota máxima de emisiones, de acuerdo a su participación en el PIB mundial, una cantidad de toneladas de CO2 que el país puede producir, para que el mundo tal como lo conocemos, no desaparezca. Una cuota de responsabilidad capitalista industrial, para que los famosos 2 grados centígrados* no nos acerquen más a la barbarie.
Esa cuota asignada por Kioto a cada país, debe ser repartida por cada gobierno a cada una de sus industrias, por ejemplo, debe decirle a las industrias metalúrgicas y cementeras, ustedes tienen el 30%, a ti Nestlé 25, a ti petrolera 25%, a ti petroquímica 20 y así hasta repartir su techo asignado. En resumen, Kioto se pone de acuerdo con los gobiernos y los gobiernos deben hacerlo con las industrias que hagan vida en sus países, sean estatales o privadas.
Como todos sabemos, América del Sur conforma un bloque donde las emisiones de CO2, son más bien bajas, con excepción de Brasil que irá a la cumbre en Lima a pedir nuevamente que le reconsideren su cuota, alegando que “hace muy poco tiempo fue que nos convertimos en grandes y si te pones a ver, no es justo…los EEUU o Alemania han contaminado durante un siglo, así que ¿por qué no nos dejan contaminar un poquito más, para poder llegar a ser como ellos? ¡Tenemos derecho a ser como ellos!”. Del gigante industrial Brasil, no nos extraña esa postura, pero de Venezuela… Así que continuamos investigando a ver que puede estar ocurriendo.
Encontramos que los cupos de emisiones de Co2 se venden en el mercado, igual que un título de propiedad. De hecho existen bolsas de emisiones en Europa y otra bolsa de emisiones en China.
Supongamos que el gobierno de un país le dice al gerente de una empresa acerera, tienes 20 % del cupo de emisiones de nuestro país para este año. Ahora supongamos que la acerera mejoró algún proceso industrial y en vez de emitir 10 millones de toneladas de CO2, emitió 8 millones. Entonces el gerente de esa empresa va a la bolsa de emisiones y vende al mejor postor las 2 millones de toneladas de CO2 que dejo de producir. Los postores, no son otros sino empresarios que quieren aumentar la producción y para ello deben contaminar.
En los últimos 5 años el precio de la tonelada de CO2 ha fluctuado entre 5 y 30 Euros, así que si algún empresario vende 1 millón de toneladas podría ganar hasta 30 millones de euros. Un negocio redondo para los empresarios, pero un pésimo negocio para la especie humana que habita en esta bolita del mundo. Eso fue exactamente lo que ocurrió en Alemania en una empresa llamada ArcelorMittal. El dueño de la empresa el hindú Lakshmi Narayan Mittal, es hoy el hombre más rico de Europa y posee la quinta fortuna mundial. Como dato curioso, recientemente se gastó unos 60 millones de dólares en el matrimonio de su hija, que ha pasado a los record güines por haber sido la boda más costosa en la historia del mundo. Ciertamente a señores como Lakshmi, les importan un bledo los 2 grados centígrados.
Pero la tragicomedia llega a puntos más vergonzosos. Cualquier entidad o persona que lo desee puede comprar un cupo de derecho de emisión de Co2, aunque no esté ligada a la actividad industrial. Ciertas empresas como bancos, o grandes almacenes, han estado comprando estos cupos, como parte de una política publicitaria para atraer clientes que verdaderamente están preocupados por el medio ambiente. La FIFA compró en 2006 derechos de emisión para compensar parte de las emisiones asociadas a la celebración del Campeonato Mundial de futbol. El ex vice presidente de EEUU, Al Gore, compensa el equivalente a sus emisiones domésticas y las emisiones de CO2 asociadas a la producción de su film ‘Una verdad incómoda’ comprando cupos de emisiones. El propio Ministerio español de Medio Ambiente compró en 2007 derechos de emisión para compensar las emisiones equivalentes a las generadas por el viaje de 40 personas que se desplazaron a la cumbre del clima de Balí.
Pero volvamos a las grandes ligas. China tiene planificado que para el 2015, reducir un 25 % de las emanaciones de las empresas industriales. Para ello, el gobierno ha asignado a 635 empresas más de 500 millones de dólares para que compensen las inversiones en tecnologías limpias o simplemente disminuyan su producción. Las empresas que excedan sus cuotas de emisión serán multadas.
Hemos llegado al llegadero, 635 empresas chinas, que corren o se encaraman y sorpresa! Aparecen las zonas económicas especiales venezolanas.
Seguramente algunos empresarios chinos están pensando “¿Qué tal si nos mudamos a Puerto Cabello, o a Táchira, o a Falcón? Sería perfecto! Allá tienen sus cupitos de emanaciones casi vírgenes, pero son poquitos, haría falta aumentarlos, hay que hablar con ellos a ver qué puede hacerse, les diremos que es por su bien, para su desarrollo!”.
Pero no. No hay nada que temer. Aquí tenemos el Plan de la Patria, que por cierto fue aprobado en la Asamblea Nacional con rango de Ley. Dice que desmontaremos y lucharemos contra los esquemas internacionales que promueven la mercantilización de la naturaleza, de los servicios ambientales, de los ecosistemas y de los foros internacionales. Que desmontaremos los esquemas de mercados internacionales de carbono que legitiman la compra de derechos de contaminación y la impune destrucción del planeta.
Qué alivio tener el plan de la Patria y que el capitulo 5 no ha sido modificado! (aún)
Rosa Natalia 7-11-2014
Trincheraderosas.blogspot.com / @TrincheraDRosa / [email protected]
Fuentes y pie de pagina:
*Con un aumento de la temperatura promedio del planeta de dos grados centígrados el nivel de los océanos aumentara mas de 1 metro. Algunas de las ciudades más vulnerables se encuentran en Mozambique, Madagascar, México, Venezuela, India, Bangladesh, Indonesia, Filipinas y Viet Nam. Las regiones más vulnerables se encuentran en los trópicos, subtrópicos y hacia los polos, donde es probable que se combinen múltiples impactos. Según el Banco Mundial la agricultura, los recursos hídricos, la salud humana, la biodiversidad y los servicios que prestan los sistemas se verán gravemente afectados. Ello podría provocar un desplazamiento de poblaciones en gran escala y tener consecuencias para la seguridad humana y los sistemas económicos y de comercio. Muchas islas pequeñas no podrán sustentar a sus habitantes. http://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2012/11/18/new-report-examines-risks-of-degree-hotter-world-by-end-of-century
Mercado de carbono ayuda a reducir emisiones contaminantes (Pekín, 30/07/2013 El Pueblo en Línea) http://spanish.peopledaily.com.cn/31614/8346321.html
José Manuel Henríquez, El Comercio de Bonos de Carbono: una No-solución inviable para un problema imaginario. Chile http://www.codigor.com.ar/bonosdecarbono.htm
Joaquim Vergés (2009) El protocolo de Kioto y el mercado de emisiones de CO2; Regulación mediante mercado para una especial externalidad negativa
(1) Noticias 24, 6 de noviembre 2014 “No aceptaremos que nos impongan restricciones para el desarrollo de nuestros recursos” http://www.noticias24.com/venezuela/noticia/262562/rafael-ramirez-encabeza-reunion-ministerial-de-la-precop-en-el-estado-nueva-esparta/