Revista Opinión

Si empobrecemos el lenguaje, se empobrecen las ideas

Publicado el 26 noviembre 2013 por Miguelmerino

El lenguaje no es más que una herramienta, para expresar ideas. Por lo tanto, cuanto mejor lo utilicemos, mejor haremos llegar nuestras ideas a los demás y aun mas importante, a nosotros mismos. Por el contrario, si lo empobrecemos, lo que empobrecemos son las propias ideas, pues por el momento y telepatías aparte, no hay otra forma de expresarlas. Todo lo anteriormente dicho, sirve para cualquier tipo de lenguaje, hablado, gráfico, por gestos, etc. Pero principalmente me refiero al idioma, hablado o escrito.

Cada vez prestamos menos atención a las palabras que utilizamos para comunicarnos y a sus significados y así, usamos palabras que no sabemos lo que significan, pero que nos suenan a importantes, o por el contrario, nos limitamos a llamar a todo de la misma manera, sin hacer distinción de peculiaridades, intensidades, gradaciones, etc. De este modo, cuando algo nos gusta, decimos que es guay y a lo más que llegamos, si nos gusta mucho, pero que mucho, es a decir que es tope guay. Para que vamos a elegir entre, guapo; bonito; chulo; hermoso; precioso; lindo; bueno; excelente, etc. Es mucho mas fácil, si un pastel está rico; está guay. Si una chica es guapa; está guay. Si un paisaje es hermoso; es guay. Si alguien ha hecho un trabajo excelente; ha hecho un trabajo guay. Ya sé que estoy exagerando un poco, pero sólo un poco.

Otra cosa que está ocurriendo con el idioma, es que se están sustituyendo palabras por frases. Esto ya se lo leí a Cela hace tiempo. Lo que antes se expresaba con una sola palabra, verbigracia: practicante; ahora es Ayudante Técnico Sanitario, o aun peor, su acrónimo Ateese. Lo que antes era un maestro, ahora se ha convertido en un Profesor de Enseñanza General Básica y así sucesivamente y sin trazas de corregirse. Cela terminaba sugiriendo que a los párrocos se les llamara algo así como: Obispos técnicos auxiliares de grado medio.

Luego está la manía de agrandar las palabras, supongo que para que parezcan mas importantes. Para muestra, un botón. Siempre oí, para expresar una opinión antes de examinar detenidamente el tema en cuestión, usar la locución “a priori”, pues eso, se ha convertido en el inexistente adverbio “aprioristicamente” que a mas de difícil, es horripilante, que cambiando el adjetivo por una frase, quiere decir “feo de cojones”.

No soy ningún perito en lenguas, bien al contrario, conozco mis limitaciones y lagunas. Lo que si soy, es un lector voraz y curioso, que procuro tener un diccionario a mano para consultar palabras que desconozco. El idioma español, seguramente por ser el único que manejo, me parece un idioma amplio, bueno y eficaz para decir lo que queremos decir, sin decir más, pero sin decir tampoco menos y si no lo conseguimos no es defecto del idioma, es carencia nuestra. Pero ocurre, que con el tiempo, se convertirá en defecto del idioma, pues caerán en desuso infinidad de palabras y las generaciones venideras serán más pobres, pues tendrán un idioma paupérrimo.

Por supuesto que el lenguaje también sirve para enmascarar, maquillar y disimular las ideas, pero eso, son otros lópez, u otros zetapeses y rajoises.


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