Si entendemos la educación como concepto en referencia a ...

Si entendemos la educación como concepto en referencia a la socialización del individuo, claramente podemos definirla como todo acto de aprendizaje que integre componentes afectivos, conductuales y culturales. De este modo podremos diferenciar la educación formal o reglada, que es directamente impartida por las instituciones educativas; de la no formal o de la informal (distintas en organización). Así mismo, también podríamos diferenciar la educación permanente o continua, como aquella que se prolonga a lo largo de la vida. Pero si queremos referirnos al proceso educativo de un modo más global, de un modo más sumatorio, con cabida para todos y todas e independientemente de sexo, religión, edad, clase social, etnia o raza, etc.; sólo podremos recurrir a la educación universal.

Y, ¿qué es esto de la educación universal? Pues lo cierto es que este concepto, poco claro en cuanto a una definición consensuada, integra la rigidez de las enseñanzas formales en cuanto a su ámbito, la diversidad de las enseñanzas no formales y sobre todo, la espontaneidad de las informales.

Aunque ya existían precedentes literarios desde la edad antigua, la educación universal como la entendemos en nuestros días, surge de la iniciativa del movimiento Educación para todos, como un compromiso mundial abalado por la UNESCO. Este compromiso pretende garantizar una educación básica y de calidad a todos los niños, jóvenes y adultos del mundo. La iniciativa Educación para todos, que data de 1990, se complementa en el año 2000 con los Objetivos de Desarrollo del Milenio propuestos por la ONU. El segundo de estos objetivos fundamentales pretendía conseguir la enseñanza universal primaria con fecha límite en 2015.

No hace falta que aporte más datos porque, como imaginarás, esto no se ha cumplido. La educación universal, ese gran desconocido del que no se habla en los medios de comunicación, garantizaría una educación, lo primero, en todo el mundo. Pero a día de hoy todavía existen países subdesarrollados en donde no sólo no existe un acceso a la educación o a la cultura, sino que el día a día se traduce en explotación infantil, pobreza y abuso de las clases pobres.

Pero es que en muchos países incluso desarrollados, la calidad educativa brilla por su ausencia. Y no nos engañemos, lo que se pretende cuando se prescinde de invertir en educación, no es sólo el ahorro económico, sino también un pueblo menos formado, más maleable, más sumiso.

Por otro lado, las diferencias de género también son muy notables a la hora de abordar la educación universal. A día de hoy, todavía existen muchos países en donde la mujer tiene dificultades para el acceso a la formación. Y no estoy hablando, una vez más, de países subdesarrollados o aquellos donde el fanatismo religioso deja huella; sino de aquellos otros países como el tuyo y el mío, en los cuales la tradición machista deja una estela en las carreras científicas, ocupadas generalmente, por hombres.

Y no puedo dejar de lado el aspecto relacionado con los prejuicios de raza y de edad con relación a la educación. Educación universal quiere decir que todos los de todas las razas y etnias del mundo merecen el acceso al conocimiento de tal que ninguno ni ninguna es demasiado joven o demasiado adulto para aprender. La universalidad en educación significa a grandes rasgos, que todo lo que sea objeto de enseñanza, debe llegar a toda la población sin reserva alguna.

Como cabeza al frente de este proyecto que pretende vivenciar la gestión emocional en toda la vida del individuo no puedo más que pretender y amar la educación universal, y digo más, gratuita. Pero por si todavía no te he convencido, dejaré que otros más cultos hablen por mí. No te aburriré con una lista de motivos por los cuales considero de primera necesidad una educación universal. Te presento, 20 frases célebres para comprender y amar la educación universal.