Si, y qué.
El lunes fui con Adrián a una cita de seguimiento con el cirujano y urólogo pediátrico. Estábamos en la sala de espera y, entre juego y juego, Adrián se lanzaba sobre mi a darme besos y abrazos. De vez en cuando me decía que me amaba y regresaba a jugar con los demás niños. Ninguno de esos otros niños hizo eso con sus padres. ¿Sabes a quién le hicieron un comentario negativo? Exacto, a mi.
Una señora que también esperaba por su turno me dijo: "Es un nene de mamá. Cuidado con eso que puede convertirse en un mama's boy."
Perdónnnnnnn???? No me quedó de otra que contestarle que enseñarle amor y cariño a los niños no era algo malo. Al contrario, por falta de amor y sensibilidad es que el mundo está como está. Ella me dio la razón y ahí terminó todo.
Lo primero es que un mama's boy no tiene que ver nada con el apego o con los sentimientos de un niño hacia una madre. Ese término está directamente relacionado con la falta de independencia en su vida adulta.
Criar a un niño no es fácil y cuando se logra que ese niño sea afectuoso y que no tenga miedo de expresar sus sentimientos, es un plus. Por años le han enseñado a los niños que los hombres no lloran, que tienen que ser fuertes y que mostrar sus sentimientos los hace débiles. Estoy en contra de eso. Creo que los hombres, igual que las mujeres, tienen derecho a expresarse. Nada me hace más feliz que ver a mi hijo tan lleno de vida y de amor.
Además, algún día esos besos y esos abrazos serán para otra (cosa que me tiene mala de los nervios), así que voy a aprovechar cada momento y expresión natural de amor que me quiera dar mi hijo. Estoy satisfecha porque estoy criando a un ser humano lleno de amor. Desde bebé le estoy enseñando que ser hombre va más allá de su sexo y que un hombre con sentimientos es un hombre de verdad.
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