Igual que el año pasado, este año en estas fechas se amontona el trabajo en cantidades industriales. Si estuviera dispuesta, tendría trabajo para currar las 24 horas seguidas sin descanso.
Hoy mismo he comido a las cuatro y media de la tarde de camino de un lado para otro. Eso sí, no ha sido nada con carne y lo más sano que he encontrado (y caliente).
Espero volver después de esta vorágine con cosas nuevas que contar y con muchas ganas. De momento os adelanto que se están fraguando cambios…
Pero sigo viva dentro de mi ausencia y con mucha ilusión.