Revista Espiritualidad

Si Fracasás En El Intento… No Te Mueras

Por Ritacoach @ritatonecoach

Si fracasás en el intento... No te muerasSiempre esperamos “No fracasar en el intento”, no obstante, es muy posible que esto ocurra.

Cuando le ponemos primera a un proyecto y arrancamos, en el camino, en el proceso de conseguir un sueño… siempre que estemos haciendo, podemos fracasar.

Aceptar eso no implica tener un pensamiento negativo, de ninguna manera. Se trata de estar alertas y concientes de las leyes de probabilidades, y fundamentalmente, de prepararnos a conciencia para que el fracaso no nos destruya.



En la vida hay algo peor que el fracaso: el no haber intentado nada. Franklin Roosevelt
Click To Tweet


En otra oportunidad, ya escribí sobre el fracaso. Si querés verlo, acá te dejo el enlace Desdramatizar el Fracaso

Vuelvo a hacerlo porque es un tema que tiene muchas aristas y si creo que te puede servir, lo haré las veces que sea necesario.

Veamos… ¿Qué es el fracaso?

Estrépito y rotura. Quiebre. Derrumbe.

Todas estas palabras tienen que ver con el fracaso.

Es una posibilidad con la que nos enfrentamos todos los seres humanos.

De hecho, todos los grandes y los no tan grandes pero exitosos en sus vidas personales y profesionales, han llegado a serlo, luego de haber pasado por muchos fracasos.



He fallado una y otra vez en mi vida, por eso he conseguido el éxito. Michael Jordan
Click To Tweet


Como ser humano que sos… ¿Hay alguna posibilidad de que a vos no te pase?

¿Significa esto que tengamos que enfocarnos en fracasar para poder encontrarnos con el éxito?

Quiero ser muy clara por eso te hago preguntas que podés juzgar como tontas.

De ninguna manera ser conciente de que el fracaso está ahí, significa que nos enfoquemos en él.

Todo lo contrario, necesitamos enfocarnos en los logros que pretendemos… teniendo en cuenta que podemos fracasar. Nada más que eso.

Los demás no tienen nada que aprender de tus fracasos. Ellos solo se fijarán en tus éxitos. Este aprendizaje es solo para vos.



Las personas no son recordadas por el número de veces que fracasan, sino por el número de veces…
Click To Tweet


Este es el principio para el análisis que te propongo porque mientras vivas en la nebulosa de creer “a mí no me va a pasar”, no podrás prepararte para recibirlo y procesarlo.

¿Para qué te sirve esa preparación?

Sencillamente, para que no te quedes estancado cuando suceda, para que aprendas a elegir la mejor interpretación de ese quiebre, para suavizar tu enojo y tu desilusión y para salir prontamente de ese lugar de desempoderamiento que anula tu acción.

¿Estamos de acuerdo, entonces, en que el fracaso puede sucederte a vos como a cualquier otra persona?

¡Adelante, entonces!



El verdadero fracaso cobra protagonismo cuando desistís
Click To Tweet


 

En cambio… ¿Cuánto dura y cuál es el poder del fracaso si inmediatamente te ponés de nuevo en marcha?

La vuelta a la acción despoja de poder al fracaso.

Te dejo una frase para colocar en la puerta de tu heladera para que te ayude(para que la veas a menudo. Es inevitable que miremos a la heladera al menos una vez en el día :))



Si nunca fracasas es porque nunca intentas nada. Woody Allen
Click To Tweet


Luego, de tener claro que el fracaso no es privativo de nadie y puede pertenecer a todos, enfocate en desdramatizarlo –como te explico en mi otro artículo sobre el tema- porque a lo que tenés que dirigir tu atención es a no caer en…

El miedo al fracaso

El miedo al fracaso es el causante de actitudes perjudiciales.

Con él, te estancás, no podés accionar, sentís que no tenés dirección, que todo se ha terminado.

Con él, sentís que la errónea y equivocada estigmatización entre “fracasados” y “exitosos”, cobra realidad y que ya para vos no hay posibilidades porque, por supuesto, como fracasaste, estás en el primer grupo.

Con él, perdés tu poder personal y tu autoestima. Este es más o menos, tu esquema de pensamiento:

Fracasé.

Estoy en el grupo de los fracasados.

No valgo como persona.

Es necesario que recuerdes y te esfuerces en distinguir que un fracaso es solo la falta de éxito en algo y de ninguna manera te podés identificar debido a él.

Vos sos mucho más que el resultado errado de tus acciones.

(Se nota que este tema es muy recurrente en mis coachees -que me inspiran con sus quiebres y el manifiesto de sus necesidades de superación- porque acabo de recordar que he escrito otro post respecto del fracaso: Atiquifobia, una fobia a la que temer

Cómo atravesar el miedo al fracaso

Enfocate en lo que querés y no en lo que temés.

¿Qué querés lograr? Y no ¿Y si me sale mal?

Cambiá tu interpretación.

“El fracaso me enseña por donde no ir y despeja mi camino” y no “El fracaso me destruye”.

¿Qué pasaría si construyeras una creencia personal como esta?

“El fracaso es parte de mi camino al éxito”.

¿Sabés el poder que tienen las creencias?

Las creencias son arquitectas de tu Ser.

Dale poder al Sentido de tu Acción.

Cuando lo que querés lograr es imponderable, inmenso y su concreción dará concreción a tu pasión… ¿Creés que un fracaso te haría desistir? Si es así, tu objetivo no es lo bastante importante para vos. Si tu respuesta por el contrario, es no… Redoblá tu imagen del logro que perseguís. Esa será tu motivación.

Reconocete

“Date un beso”, así me gusta decir que te premies, que te premies por cada vez que volvés a accionar después de un fracaso. Esto generará un agradecimiento que dará luz a tus motivos.

No prestes atención al juicio ajeno.

Socialmente –y por la frase que te compartí de Edison- tu fracaso no será bien visto ni recibido por los demás. Te pregunto… Y a vos… ¿Qué te importa? ¿Alguno de ellos te aporta algo para que vuelvas a empezar, para que sigas tu camino al éxito de tus metas?

Eliminá las excusas.

Te prometo que volveré en breve y extensamente, sobre el tema de las excusas porque noto permanentemente, que no se llega a internalizar como es necesario.

Ningún fracaso sirve como excusa para desistir.

Solo quiero que por ahora, recuerdes esto:

Vos podés tener resultados o tener excusas. Lo que no podés es tener las dos cosas a la vez.

 

Y la sorpresa quizás te deslumbre cuando, en algún momento, puedas experimentar resultados impensados de tu fracaso.

Cuentan que un muy buen hombre vivía en el campo y tenía problemas físicos, cuando un día se le apareció Jesús y le dijo:

“Necesito que vayas hacia aquella gran roca de la montaña, y te pido que la empujes día y noche durante 1 año”.

El hombre quedó perplejo cuando escuchó esas palabras, pero obedeció y se dirigió hacia la enorme roca de varias toneladas que Jesús le mostró.

Empezó a empujarla con todas sus fuerzas, día tras día, pero no conseguía moverla ni un milímetro.

A las pocas semanas llegó el diablo y le puso pensamientos en su mente:

“¿Por qué sigues obedeciendo a Jesús? Yo no seguiría a alguien que me haga trabajar tanto y sin sentido. Debes alejarte, ya que es estúpido que sigas empujando esa roca, nunca la vas a mover”.

El hombre trataba de pedirle a Jesús que le ayudara para no dudar de su voluntad, y aunque no entendía se mantuvo en pie con su decisión de empujar.

Con los meses, desde que salía el sol hasta que se ocultaba, aquel hombre empujaba la enorme roca sin poder moverla, mientras tanto su cuerpo cambiaba y sus brazos y piernas se hicieron fuertes por el esfuerzo de todos los días.

Cuando se cumplió el tiempo el hombre elevó una oración a Jesús y le dijo:

“Ya he hecho lo que me pediste, pero he fracasado, no pude mover la piedra ni un centímetro”.

Y se sentó a llorar amargamente pensando en su muy evidente fracaso. Jesús apareció en ese momento y le dijo:

“¿Por qué lloras? ¿Acaso yo no te pedí solo que empujaras la roca? Yo nunca te pedí que la movieras, en cambio mírate, tu problema físico ha desaparecido. ¿En qué fracaso estás pensando? Hiciste lo que tenías que hacer y conseguiste una gran recompensa.

Por el placer de compartir


Volver a la Portada de Logo Paperblog