Borneo. Una simple palabra que evoca tantísimo. Esa isla donde la naturaleza se encuentra en uno de esos estados tan puros que es difícil ya de encontrar hoy en día. Evoca tierra de exploradores como Alfred Russel Walace o escritores como Joseph Conrad, que un día llegaron y con machete en mano intentaron hacerse hueco por las frondosas selvas para encontrar orangutanes, macacos, proboscis, insectos y pájaros inimaginables en el viejo continente.
Naturaleza, cuevas, montañas, valles, y todo rodeado de un océano de aguas cristalinas, de islas minúsculas que son parques naturales, Y unos habitantes que hace años fueron cazacabezas, que aunque ya no practican, siguen viviendo en sus peculiares longhouses.
La isla la comparten 3 países, la mitad más grande es Indonesia y la otra mitad es Malasia, esta última dividida en dos partes por Brunei.
El Borneo malasio está formado por dos provincias: Sabah y Sarawak. Sabah se encuentra al norte, y en ella se encuentra un magnífico volcán, Mount Kinabalu, la montaña más alta entre los himalayas y nueva Guinea (más de 4000m) y las reservas de orangutanes más grandes. En Sarawak encontramos varios parques nacionales, algunos de ellos con las cuevas más grandes del mundo como el parque nacional de Mulu, o Miri.
Mis andanzas por Borneo serán las siguientes: llegaré al norte, Sabah, para hacer una especie de safari y vivir en la selva, en el único gran río de la isla. Bajare hacia Sarawak cruzando por Brunei, donde el sultán – muchos años reconocido como la persona más rica del mundo- tendrá el placer de recibirme como turista. Finalmente saldré de Brunei para acabar mi periplo asiático en el sur de Borneo, Sarawak en los parques nacionales de Miri y Bako.
A partir de ahora cada foto estará teñida de verde, porque es lo que nos encontraremos en Borneo. Naturaleza pura!
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