Revista Cultura y Ocio
Soy un viejo informe y extraño. Soy una cebolla reluciente trabajando en la última capa. Estoy haciendo un ser humano casi feliz, casi sin saber por qué ni como. Venir de la nada me lo ha ofrecido todo. Soy lo que un día soñé, pero no me pidas que te lo explique porque carezco de datos y la incomprensión me inunda. Resistir en el tiempo puede ser una clave, pero si no consigues mejorar es mejor no haber aguantado. Pensé que la jauría no me dejaría caminar, era lo que debía pasar y estuve mil veces al borde del abismo. Tuve oportunidades para acertar, pero me tocó un cerebro más bien rozando la ineptitud. Tras exitosas equivocaciones, llegué al acierto casual. Tal vez se trate de tener una inmensa flor en el culo. De joven pensé que estaba hecho de desechos, pero por alguna extraña razón luché contra la batalla perdida y por cobardía me mantuve firme. De errores me inflamé convirtiéndome en brasas desangeladas, pequeños trocitos tristes de rotundos fracasos, alegres y saltarines. Caí como un peso muerto en esta vida. Y lucho mientras me descompongo, esperando resucitar. Utilizo el método empírico del acierto y el error. Si hace falta, me volveré a equivocar. Si es necesario, no pediré nada a cambio.