Si la tristeza llama a tu puerta, no la invites a entrar. Ella es muy maleducada, y se quedará eternamente en tu casa.
Invitará a venir a su hermana mayor la pesimista, que te mentirá y hará que creas que no vales nada.
También vendrá de visita la ansiedad, que es su fiel consejera, y te ahogará en sus miedos, en sus desvelos, consiguiendo oscurecer tu camino y no sabrás por donde andar.
Por último se quedará a vivir contigo la depresión, la madre de todas ellas, que sutilmente te llevará a la perdición. Si la escuchas, llegarás a creer que ya tu vida no tiene sentido, que no hay nada por lo que luchar, que nadie irá en tu ayuda, que siempre vas a fracasar. No la escuches, no la mires, ni siquiera la dejes susurrar. Desecha sus palabras de mentira, desecha sus palabras de maldad. Ella sabe que si luchas, lo conseguirás. Que tienes muchas personas que te aman y que si ve en ti un atisbo de esperanza, su propósito va a fracasar.
Da rienda suelta al pensamiento positivo, déjalo anidar. Expresa tu sonrisa más extensa y sincera, y a tu mirada profunda, déjala que vaya más allá de las circunstancias y de las pruebas, déjala hablar.Da rienda suelta a ese niño, a esa niña, que llevas dentro, que no tiene miedo al tropiezo, que no tiene miedo a las tormentas, que no tiene miedo al andar; que sabe que detrás viene un arcoiris, que te llevará a dónde tú quieras soñar.