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Como sabéis, nuestra sección de series va recopilando poco a poco reseñas de muchos títulos y géneros, aunque como aquí tenemos predilección por las comedias, cada cierto tiempo le añadimos una muesca más a nuestro recopilatorio de humor, que le tenemos un poco olvidado. ‘Bored to death’ es una serie de la HBO que conviene no perderse. Sobre todo si alguna vez habéis deseado “vivir como un dios demente”.
Así a bote pronto se podría decir que la serie vive de las mieles de Woody Allen, del humor ácido neoyorkino y un poco así de refilón, del estilo Ricky Gervais que muchos se empeñan en referenciar. Pero lo cierto es que la serie tiene más de Wes Anderson que de cualquiera de los anteriores, aunque en ella se hagan chistes de judíos en la Gran Manzana y para rizar el rizo de los scketches más cool, mencionen a Jim Jarmusch y no a Scorsese.
La serie hace una clara apología del complejo de Peter Pan, que muchos hombres adultos y en plenas facultades sociales y laborales experimentan en nuestra sociedad moderna. Nunca había sido tan difícil hacerse mayor, ainsss, cruel destino. San Juan de la Cruz lo habría resuelto con unos cantares. Tres ejemplos generacionales de hombres neoyorkinos (pues esta serie es de machos, aunque las que manden sean ellas), que definen la búsqueda de la felicidad, la interacción entre trabajo y vida contemplativa en un cuadro con marco de sitcom y mucha calidad en los guiones, sobre todo, a medida que avanzan los capítulos.
La trama descompone una búsqueda vital que salta de lo histriónico a lo tierno con agilidad y eficacia cómica, ahí es verdad que la herencia del director de ‘Manhattan’, se nota. Jason Schwartzman interpreta a Jonathan Ames (efectivamente, estáis atentos, el mismo nombre que el creador de la serie) y juega con un papel que le viene como anillo al dedo, aunque sintiéndolo por él, no es su personaje el que al final hace que te quedes hasta los títulos de crédito.
La perpetuación de la vis cómica de Ted Danson, tiene en ‘Bored to death’ uno de sus mayores alicientes, bobalicón, colocado, epicúreo, subido a un altar de complacencia y autodestrucción que le confieren un aura de alocado y decadente Truman Capote moderno. Zach Galifianakis en su papel de escudero de Ames, es un dibujante de cómics con una relación sentimental frustrante y una vida interior rica en desmandes mentales. Juntos forman la apuesta gamberra y bizarra de la serie que se complementan a la perfección con el, a veces insulso, metraje que ostenta Schwartzman. Un poco lo que pasa en ‘Big Bang theory’, con Sheldon, Raj y Wolowitz sobrepasando el personaje de Johnny Galecki, aunque la historia siempre guarde un par de frases ingeniosas para los personajes de Ames y Hofstader.
Es cierto que nos costó hincarle el diente, incluso después de dos o tres capítulos, persiste la duda de si observas un verdadero ejercicio de composición cómica o bien estás ante un refrito de chistes censurados en Seinfield. Pero la cosa mejora, los papeles de Danson y Galifianakis se dimensionan y empiezan los cameos, la agudeza en los diálogos y el disparate absurdo en la resolución de intrigas (el momento traje de látex para esclavos sadomaso o las constantes visitas a la Tienda del Espía de Howard) son buenos ejemplos de porqué merece la pena aguantar hasta el final de la tercera temporada.
Sí amigos. ‘Bored to death’ ha sido cancelada hace algún tiempo, pero siempre nos quedará Nueva York. Esta comedia noircótica, que nos presenta a un periodista aburrido que se la juega en el pellejo de un detective privado sin licencia será uno de esos pequeños bocados que os dejen un buen sabor de boca, lo bueno si breve…
También podéis divertiros un rato echando un vistazo a la web de la cadena, pues los extras encierran las recreaciones en cómic de las viñetas de Ray, que en el Mundo Real dibuja Dean Haspiel.