Siempre estoy con la tecla dispuesta para hablar mal de los ‘jefes‘ y bien de los ‘líderes‘. Pero hoy voy a romper una lanza a favor de quiene siendo ‘jefes‘ quieren cambiar y llegar a ser ‘lideres‘.
Y es que he de confesarlo, y no me averguenzo de ello, yo una vez, fui jefe.
Más bien me porté como un jefe y no como un líder y por lo tanto debo de entonar el ‘mea culpa’. Pero mirándolo en la distancia y con objetividad, creo que en aquel momento era lo suyo y sin dudarlo en una situación similar lo volvería a hacer, aunque predique lo contrario. Y es que las cosas tienen todas su justa medida y ‘cuando no se puede, no se puede y además es imposible’ (como diría aquel).
Y es que el liderazgo es una acción entre personas y como tales, entre humanos, y en esta vida los humanos he de confesar que somos muy especiales de vez en cuando.
Como sabéis que me gusta el ejemplarizar vamos a ponernos en situación y luego sacaremos unas conclusiones.
“Una vez era responsable de 15 unidades de negocio dentro de la empresa donde trabajaba. Cada unidad de negocio tenía su estructura jerárquica, con un jefe y un equipo. Tras presentarme a todos los miembros de las diferentes unidades de negocio, intenté saber de cada uno que es lo que quería de la organización y cuales eran sus deseos o necesidades. Hable personalmente con cada miembro e intenté que cada unidad de negocio funcionase como un equipo dentro a su vez de un equipo mayor.
Buen clima laboral, apoyo constante, inclusive me personaba físicamente para resolver cualquier problema, a sabiendas muchas veces que ese era el cometido del jefe de la unidad de negocio, pero siempre era positivo repartir las culpas, en caso de que las hubiese, frente al cliente.
Tras 9 meses, 14 unidades de negocio funcionaban y una no. Me personé en ella y me entrevisté con todos los miembros de la unidad y curiosamente, todos tenían una dirección motivadora menos el jefe de la unidad, que con 53 años sólo pensaba en prejubilarse. Me reuní con él y le hice saber mi parecer y que solución podíamos buscar a lo que me contestó que el llevaba 34 años en la empresa y no obedecía órdenes de alguien que llevaba 3 años en la organización. Le di un margen de acción pero el resto del equipo, que estba siendo perjudicado por la no consecución de los objetivos, se quejaba de la mala jefatura de la unidad de negocio.
Volví a hablar con el de nuevo prometiéndome cambiar, pero de nada valió. De hecho en esa unidad de negocio se despidió a un miembro por baja producción, cuando me consta que no era así, pero el jefe de negocio infromaba mal de su cometido.
Cansado del ‘buen rollito’ sólo me quedó informar al responable regional de la organización, que por casualidades de la vida había entrado en la organización con el jefe de esa unidad y eran muy amigos, con lo cual de nada valió lo que yo dijese”.

a) Como líder hablaríais de nuevo con el jefe de la unidad e intentarías hacer que cambiase. Le haríais entender el perjuicio que le causaba a los otros compañeros, que se quería de el un espíritu de equipo. Preguntarle que querñia de la organización,…., o sea, todo lo que haría un buen líder.
b) Como jefe, propondríais directamente el despido inmediato de esta persona, sin previa comunicación con ella, con el riesgo que conlleva al ser un veterano de 34 años de antiguedad en la organización y muy relacionado.
Pues he de decir que la reacción mia fue la segunda. ¿Me arrepiento? En absoluto.
Y es que el hecho del liderazgo es algo mutuo. Por muy bien que quieras dirigir, motivar, orientar a un equipo, si alguien de ese equipo no quiere eso, pocas medidas puedes tomar ya, con lo que no me extraña que muchas veces, personas con madera de líderes acaben siendo unos jefes, mayoritariamente desmotivados y desmotivadores.
La línea que separa a un jefe de un líder muchas veces es traspasada porque alguien del equipo obliga a ello. Por lo tanto más que ser un líder al 100%, es deseable tener espíritu y sobre todo actitud de líder aunque las circunstanias obligen a actuar como jefe.
El liderazgo es un conepto dual, uno debe liderar y otro debe ser liderado, si el segundo no quiere, mal lo tiene el primero.
¿Cuál fue el resultado del ejemplo que os he puesto?
Al jefe de unidad le propusieron una salida decorosa por los años de servicio y se ganó la prejubilación con 53 años (que realmente era lo que perseguía). A mi, por las relaciones que este señor tenía, me degradaron de puesto. Pero lo peor no fue eso. Lo peor fue el empleado que se despidió por que se decía que no hacía su cometido cuando realmente si lo hacía y nadie se acordó de él.