No sé si ha sido así siempre, pero desde un largo tiempo a esta parte vengo reflexionando y observando que todos vamos a una velocidad increíble, más que ir en quinta velocidad vamos en sexta... algunos desatalentados en séptima.
Vamos, hacemos, pensamos (cuando lo hacemos), sentimos y vivimos (cuando nos damos cuenta de ello) a una velocidad que no es la adecuada.
Un estudio reciente entre la población española revela unos datos muy ilustrativos, un 92% de los encuestados dicen no tener tiempo para lo que quieren y creen importante...y lo que me llama aún más la atención es que un 74% de ese 92% dice que si se lo propusiese, si dedicase tiempo a ello, lograría dedicarse tiempo a lo que considera importante.
¿Alguien me lo puede explicar?. "... si dedicase tiempo... si me lo propusiese... lograría sacar tiempo..." como diría aquel... ¡MANDA NARICES!!
Por partes, si una mayoría aplastante de las personas son conscientes, de que no dedican tiempo a lo que consideran importante (me da igual qué les parezca importante a cada uno, puede ser la familia, el ejercicio físico, el dinero, la pareja, salir por ahí, la jardinería, cada uno debe decidir sus prioridades) cómo se explica que una gran parte de esa mayoría digan "...si me paro a pensar y reflexiono un poco...puedo sacar tiempo para mí y para hacer lo que es importante..."
O bien los resultados de la encuesta no son fiables ó bien...las personas nos movemos y vivimos por inercia, ¿Para cuando vamos a dejar el momento en que tomemos las riendas de nuestras vidas y dejemos de ir de un lado a otro sin ton ni son?
¿Cómo es que parece que no aprendemos y esperamos a tomar una postura firme frente a situaciones difíciles cuando a menudo ya es tarde, para qué esperar a que la situación sea extrema, grave o muy acuciante?
Si sabemos que no estamos haciendo las cosas como queremos hacerlas (recalco lo de querer hacer, frente a deber hacer) ¿Qué nos falta para hacerlo?
Tal vez, creo todo parte de un desajuste en la escala de prioridades, que tiene mucho que ver con el modelo de sociedad y el estilo de vida que esta nos impone, si somos libres de tomar nuestras propias decisiones (buenas ó malas, mejores ó peores, acertadas o erróneas).
Si hacemos uso de nuestro criterio a la hora de cosas tan habituales y en apariencia simples como elegir entre una marca u otra de calzado, ver una serie de programas en la tele en vez de otros, apuntarme a un tipo de actividad en vez de a otra...para qué no lo hacemos con nuestra vida; y si repito ¿Para qué? Y no ¿Por qué?
Esos porqués obedecen al pasado a lo que he venido haciendo, y el para qué obedece a lo que voy a hacer de ahora en adelante. No soy quien para definir lo que es importante en la vida de cada uno, ni cuál debe de ser su escala de valores y prioridades, pero dentro de mi labor como coach profesional este es un tema recurrente con el que me encuentro día sí y día también al trabajar con mis coachees.
Ha de ser uno mismo quien haga su escala de valores, defina sus prioridades, y marque su "tempo", y para ello creo que las prisas no tienen lugar aquí.
A cada cosa su tiempo, pero a lo importante todo el necesario y todas la veces que haga falta, y por favor, ¿Qué hay más importante que todos y cada uno de nosotros?
Si lo sabemos...
¿Qué necesitamos para enfrentarnos a nosotros mismos?
¿Qué nos falta para definir nuestras prioridades?
¿Sabemos hacerlo solos; si no tenemos otro punto de vista nuestras soluciones y problemas vendrán de la misma fuente, del mismo origen, sino las contrastamos, cómo podemos saber que vamos hacia dónde queremos?
¿Por qué no lo hacemos?
Fuente: https://escuelapararicos.net/si-lo-sabemos-por-que-no-lo-hacemos/