Macho de mosca escorpión (Panorpa comunis)
Darwin propuso el concepto de selección sexual como una posible explicación a la paradoja de la aparición de caracteres aparentemente contraproducentes a la hora de evitar a los depredadores. Posteriormente a Darwin, el biologo israelí Amotz Zahavi formuló en 1975 su famoso "Principio del hándicap". Según Zahavi, en una población en la que los machos varían en su calidad, algunos de ellos tienen un handicap que reduce su supervivencia (por ejemplo una llamativa coloración). Si sólo los machos que tienen unos genes de alta calidad pueden sobrevivir teniendo ese handicap, las hembras que se apareen con ellos se aparearán con machos que tendrán buenos genes.
Normalmente se suelen presentar ejemplos de animales con ese tipo de atributos superdesarrollados y a veces grotescos entre las aves o los mamíferos, pero quizás el grupo de animales que presenta una mayor variedad de adornos, colores y estructuras relacionadas con el cortejo y la selección sexual, sean los insectos. Entre ellos hay escarabajos con impresionantes cornamentas, mariposas multicolores y moscas metalizadas. Pero uno de los insectos que han sido más estudiados como ejemplo de selección sexual han sido las Moscas escorpión, que curiosamente ni son moscas ni son escorpiones. Estos insectos pertenecen al orden de los Mecópteros y entre sus características anatómicas destaca su mandíbula transformada en un largo pico y la presencia de un apéndice acabado en una pinza que sólo está presente en los machos.
Hembra de mosca escorpión (Panorpa comunis)
Ese apéndice es usado por el macho para sujetar a la hembra durante la cópula. Pero el macho de Mosca escorpión no tiene el éxito garantizado sólo por tener un aspecto imponente y llamativo, si quiere triunfar y conseguir a una hembra deberá antes invitarla a comer, sino no hay nada que hacer.
El macho de mosca escorpión antes del cortejo deberá capturar a una presa, cuanto mas grande y sabrosa mejor, y ofrecérsela a su pareja. Si a ella le parece lo suficientemente buena, accederá a copular con el macho mientras ella disfruta del baquete. Si la hembra está satisfecha, dedicará un largo tiempo a comer y a saborear la comida y durante ese tiempo, el macho estará transfiriendo el esperma a la hembra asegurando la paternidad de su descendencia.
Si por el contrario, la comida es mala y no es de su agrado, se separará rápidamente interrumpiendo la cópula. En el caso de las moscas escorpión, un macho capaz de capturar una buena y sabrosa presa le indicará a la hembra que es un macho de gran calidad, y sus hijos heredarán los "buenos genes" que tiene. Curiosamente, algunas especies de moscas escorpión no ofrecen a las hembras insectos u otras presas, sino que fabrican una bola de saliva muy nutritiva que es muy apreciada por ellas.
Pero la presentación a la hembra de regalos en forma de comida no es exclusiva de los insectos. Muchas aves durante la fase de cortejo y apareamiento dan de comer a las hembras. De esta forma, los machos están indicando a sus parejas que serán capaces de proporcionar alimento a sus futuros hijos. Este comportamiento ha sido bien estudiado en aves marinas, que son especies de larga vida en las que el cuidado parental por parte de los dos miembros de la pareja es la norma general.
El investigador de la Universidad de Vigo, Alberto Velando, demostró que las hembras de Gaviota patiamarilla (Larus michaellis) eran capaces de controlar la duración de la cópula y el número de contactos cloacales del macho durante la misma, según la cantidad de alimento que el macho le proporcionaba. Si el macho le traía comida en abundancia, la hembra permitía mas contactos sexuales y por lo tanto las probabilidades de fecundación aumentaban. Si el macho no proporcionaba alimento, la hembra se movía y no permitía esos contactos. Es de destacar que en las gaviotas, al igual que ocurre en la mayoría de las aves, no existe un órgano copulador especializado, por lo que la transferencia de esperma se produce mediante el contacto de las dos cloacas, lo que require mucha precisión y un consentimiento expreso por parte de la hembra.
El en vídeo anterior, grabado en la colonia de gaviotas de Cabo Vidíu (Ouviñana, Asturies) hace un mes, se puede apreciar que la hembra no desplaza al macho y le permite una larga cópula. Por otra parte, si os fijáis al final del vídeo, una vez que la pareja se separa, se observan los movimientos rítmicos de la cloaca de la hembra, que tienen por objeto ayudar al esperma a ascender y de esa forma se facilita la fecundación.
Referencias
Missoweit, M., Engqvist, L., Lubjuhn, T., & Sauer, K. (2007). Nuptial feeding in the scorpionfly Panorpa vulgaris: maintenance of genetic variance in sexual advertisement through dependence on condition influencing traits Evolutionary Ecology, 22 (5), 689-699 DOI: 10.1007/s10682-007-9191-7
Velando, A. (2004). Female control in yellow-legged gulls: trading paternity assurance for food Animal Behaviour, 67 (5), 899-907 DOI: 10.1016/j.anbehav.2003.08.019