Revista Cultura y Ocio

Si no despierto, de Lauren Oliver

Publicado el 27 octubre 2010 por Goizeder Lamariano Martín
Si no despierto, de Lauren OliverTítulo: Si no despierto Autora: Lauren Oliver Editorial: SMAño de publicación: 2010Páginas: 474ISBN: 9788467541144

Descubrí este libro en el blog El devorador de libros y después me saludó desde la estantería de novedades de la biblioteca. La reseña me había gustado y el argumento del libro me había llamado la atención así que no lo dudé y me lo llevé a casa. Es una novela juvenil pero con un gran trasfondo que me ha dejado muy buen sabor de boca.

Es un libro fácil de leer, ameno e incluso se podría decir que ligero. Pero, aun así, te hace reflexionar. Mucho. Samantha es una adolescente que pasa sus días con su familia, sus profesores, sus compañeros de instituto y, sobre todo, sus tres mejores amigas: Lindsay, Elody y Ally. Su mundo gira en torno a las clases, la preocupación por la ropa, el maquillaje, la música y, ante todo, la obsesión por ser las más populares del instituto y por perder la virginidad cuanto antes con Rob, su novio. A simple vista puede parecer una historia más de adolescentes, pero conforme se pasan las páginas la historia se va transformando a la misma velocidad que cambia la vida de Sam. Un ritmo trepidante que sorprende y engancha al lector al mismo tiempo que le hace replantearse no sólo la vida de Sam y del resto de personajes, sino también la suya propia. Sam descubre muy pronto que la mezcla de fiesta, alcohol y coche no es recomendable. Lo que no descubre tan rápido es que ha muerto en un accidente de tráfico. Por eso no entiende nada y no sabe por qué siempre que suena el despertador vuelve a comenzar el mismo día, 12 de febrero, el día de Cupido. Confusa, desconcertada y, sobre todo, asustada, llega a pensar que todo eso no es más que un mal sueño, una horrible pesadilla que se repite una y otra vez. En otros momentos de desesperación cree que la mente le está jugando malas pasadas mientras permanece en coma en la cama de un hospital. E incluso cree que se ha vuelto loca. Pero Sam es inteligente y al final comprende que no importa la razón. No importa si está loca, en coma o muerta. Porque lo único que de verdad importa es que durante toda una semana, durante siete días, vuelve a vivir una y otra vez ese 12 de febrero. Y cuando deja a un lado su obsesión por intentar comprender qué le ha pasado se da cuenta de que aunque el día de Cupido se repite como un bucle del que no logra escapar, ningún día es igual al anterior. Porque un simple gesto, unas palabras, unos minutos de retraso o una mirada pueden cambiarlo todo. Y entonces lo entiende. Por fin comprende que la vida le ha dado una segunda oportunidad y que dispone de siete días para ayudar a los demás. Para decirles a sus padres que les quiere y para enseñar a su hermana pequeña su refugio, su lugar mágico. Para ser sincera con su novio. Para ser valiente con su profesor de matemáticas. Para acercarse a los marginados del instituto y conocerlos mejor. Para dejar de juzgar, de criticar y de hacer la vida imposible a todos los que no son tan populares como ella y sus amigas. Pero lo que más le cuesta a Sam en esa semana que nunca acaba es ser sincera consigo misma. Comprender que ella y sus amigas están equivocadas, que siempre lo han estado. Que no pueden juzgar a nadie sólo por las apariencias. Que realmente no conoce a nadie, ni siquiera a Lindsay, su mejor amiga. La más popular, la más rebelde, la más fuerte, la más alocada, la más divertida es en realidad la más débil, la más insegura, la más frágil y la más triste. Y por fin Sam se da cuenta de que las apariencias no importan. Porque lo único importante en la vida es ser fiel a uno mismo, sin pensar en lo que puedan creer o decir los demás. Por eso ya no le preocupa decirle a Kent, el friki de la clase, ese chico que en Primaria era su mejor amigo y al que casi no habla, no mira y no conoce desde hace años que le quiere y que siempre le ha querido. Total, qué importa lo que piense la gente. A Sam todo le da igual, está muerta, puede hacer todo lo que quiera sin miedo al qué dirán. Para ella ya no hay consecuencias porque ya no hay un mañana. Pero para los demás sí hay consecuencias y muchas veces son desagradables y mucho más graves de lo que podamos imaginar. Para ella ya no hay futuro, pero para los demás sí. Por eso Sam hará todo lo posible por salvar a Juliet Skyes, esa chica a la que todos humillan porque creen que está loca. Pero cuando Sam descubra su verdadera historia entenderá que todos se equivocan. Por eso no le importará humillarse ella misma delante de todo el instituto con tal de salvar a Juliet. Ya no le importan las apariencias. Está harta de falsedades, de hipocresías y de mentiras. Sam desea compensar a todas las personas que ha tratado mal a lo largo de los años. Porque su vida se acaba, pero la de los demás no ha hecho más que empezar.

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