¡Bienvenidos! Estamos rodeados de tecnología, de teléfonos móviles que hacen fotos con profundidad de campo sin que su dueño ni siquiera sepa qué es la profundidad de campo y cómo se consigue, pero le gusta. Estamos creando una masa de gente que cree que por que su móvil hace “buenas fotos” ya son fotógrafos, y que es incapaz de valorar el trabajo y las horas que conlleva una sesión fotográfica profesional con su posterior retoque digital.
Y esto es sólo un ejemplo, porque este ejemplo se puede extender al diseño gráfico, a la edición de vídeo, y todo lo que tenga que ver con creación de contenido digital. Como profesional de la imagen, vídeo y fotografía, estoy muy cansada de ver personas que creen que realizar un anuncio para un periódico es “poner cuatro fotos” pero que saben diferenciar muy bien lo que les gusta y está hecho con buen gusto, de lo que no.
Vivimos en una sociedad en la que gracias a internet todo el mundo opina, y muchos se creen dueños del buen gusto. Una sociedad en la que todo es juzgado al detalle y opinado de arriba a abajo sin ningún pudor detrás del escudo del anonimato que nos brindan las redes. Estamos rodeados de diseño, vídeos, marketing, publicidad…. Sin embargo, no entiendo a alcanzar por qué muy poca gente piensa que la edición de contenidos digitales NO es trabajo y NO cuesta esfuerzo. Acaso es que hay mucha más gente de la que creemos que opina que “si no se suda, no es trabajo?”
Si te dedicas a esto y me estás leyendo, sabrás de lo que hablo: “hazme un logo para el taller de mi primo”, “ponme el currículum bonito que tu sabes”, “hazle unas fotos de comunión a mi sobrina en el parque, que no te cuesta nada”… pues sí señores, sí que cuesta, cuesta tiempo, y esfuerzo. Al igual que nadie va a una panadería a pedir una barra de pan gratis “porque total son 90 céntimos”, ni le pedimos a un conocido que nos haga un empaste, tampoco deberíamos pedir a nuestros conocidos que nos realicen trabajos de este tipo de forma gratuita por que “no te cuesta nada ya que estás en el ordenador”. Por que en eso se basa el pedir el favor sin ningún cargo de conciencia, todo es por que a TÍ no te cuesta nada.
Pero sí que nos cuesta, nos cuesta un ordenador o una cámara en la que hemos invertido muchísimo dinero, nos cuesta años de aprendizaje y paciencia, y nos cuesta poner el alma en cada trabajo que hacemos. Por que una vez que empezamos a hacerlo, no sabemos hacerlo mal, somos perfeccionistas, cobremos, o no. Por que tú no irías a tu trabajo un sábado gratis, y por que tú no meterías un par de horillas “sin que te cueste nada”. Por que no sabemos hacer magia negra, y si la hacemos, conlleva horas con la mirada fija en una pantalla.
Así que estaría muy bien que empecemos a valorar el trabajo a ordenador, que empecemos a valorar que el tiempo vale dinero, y que empecemos a valorar que conlleva muchas horas formarse y conseguir los conocimientos necesarios para llevar a cabo cualquier creación de contenido digital.
La próxima vez que os pidan un favor, sentad a vuestro lado mientras lo realizáis a quien os lo haya pedido, veréis como se sorprenden mirando el reloj. O mejor aún, habladles de Google y de Youtube, que querer es poder, eso ya lo sabemos bien nosotros.
Por que si no se suda, también es trabajo.